La Campaña de Cochrane y de Miller a los puertos intermedios fue una acción realizada por un destacamento del ejército libertador del general José de San Martín entre marzo y julio de 1821. En marzo de 1821, el general José de San Martín, en ese entonces estacionado al norte de Lima tras su desembarco en Paracas, autorizó al almirante Thomas Cochrane, cuya flota dominaba las costas, la conducción de una expedición militar al sur peruano en ese entonces bajo control realista.
El 13 de marzo de 1821 fue despachado el teniente coronel Miller para operar en la costa juntamente con el almirante Cochrane. Este debía hostilizar al enemigo mientras se ponía sitio a la capital y al efecto propuso a San Martín una serie de demostraciones sobre los puertos entre el Callao y Arica para atraer hacia ellos fuerzas realistas y atacarlas aisladamente.
San Martín autorizó esa operación, que llamaba la atención del enemigo sobre la costa mientras volvía a partir Álvarez de Arenales para la sierra. La división de Miller puso, 600 infantes y 80 granaderos a caballo, a disposición de Cochrane, recomendándole que apro-vechase la expedición para interceptar las comunicaciones entre Lima y las provincias meridionales.
La expedición desembarcó el 22 de marzo en Pisco y ocupó el caserío de Chincha, después de rechazar a un destacamento de caballería a las órdenes del coronel Loriga. El virrey envió un contingente a las órdenes de García Camba para contener a los patriotas, y Cochrane pidió refuerzos a San Martín para batir a los realistas. Pero, después de los efectivos entregados a Miller y descontados los que había dispuesto para la expedición a la sierra, San Martín no contaba más que con 3.000 hombres, de los cuales 1.200 en convalecencia de las enfermedades adquiridas en la costa y no podía desprenderse de nuevas fuerzas.
Cochrane pensó que podía emprender operaciones mayores y pidió un contingente de 1.000 hombres a O'Higgins y armamento para reclutar voluntarios en el sur peruano.
San Martín no rechazó las operaciones, pero sus planes eran otros y consistían en la ocupación de Lima y el Callao. La columna de García Camba se situó a unos 40 km de las posiciones de Miller y durante un mes los adversarios se observaron sin decidirse al ataque, hasta que las fiebres costeras hicieron su aparición en los respectivos campamentos; el propio Miller cayó enfermo. Considerando la situación, Cochrane reembarcó la expedición el 22 de abril y se dirigió a Arica, cuyo puerto era defendido por 300 hombres con 6 piezas de artillería.
Guillermo Miller, con uniforme de general del ejército del Perú y poncho, durante las campañas de Junín y Ayacucho.
El 11 de mayo intimó la rendición de la plaza y como la respuesta fue negativa bombardeó el puerto mientras desembarcaba la división de Miller en Sama; avanzó por tierra y atacó a la guarnición en la villa y la derrotó, ocupando el puerto y la localidad de Tacna. La operación proporcionó la captura de 120.000 pesos remitidos desde Lima y mercaderías por 300.000, de lo cual se incautó y dispuso a su arbitrio Cochrane.
Miller fue recibido entusiastamente por la población de Tacna, que lo auxilió en todo lo posible y le proporcionó un contingente de voluntarios y pudo así disponer de 900 hombres. Fue en esa ocasión cuando se incorporaron a las filas los patriotas peruanos Bernardo Landa y Mariano Portocarrero, agentes secretos de San Martín desde los preliminares de la campaña.
La expedición de Miller dio aliento e impulsó a la insurrección de las provincias peruanas del sur; el general Juan Ramírez, comandante del ejército del Alto Perú, dispuso que fuerzas de Puno, Oruro y Moquegua se reuniesen en el valle de Tacna a las órdenes de José Santos de La Hera, el cual se situó en el pueblo de Mirave a la espera de esos refuerzos, que le permitirían operar con una fuerza de 800 hombres.
Miller tuvo información sobre esos movimientos y decidió batir aisladamente a esas columnas antes de su reunión. La concentración más próxima era la de Mirave y fue en su busca; llegó frente a esa población el 21 de mayo; al amanecer del día siguiente inició el asalto contra la posición que ocupaban 250 hombres al mando de La Hera; a los 15 minutos de lucha, con la sola pérdida de 25 hombres, los redujo, causándoles 150 bajas entre muertos, heridos y prisioneros.
Terminado el combate, apareció un destacamento de 250 hombres procedentes de Puno, que había avanzado a marchas forzadas, al mando del teniente coronel Rivero para reforzar a La Hera; al comprobar que llegaba tarde, se replegó precipitadamente hacia Moquegua, a donde llegó La Hera con los dispersos.
Miller persiguió a La Hera y le dio alcance en Moquegua el 24 de mayo, y volvió a derrotarlo y a tomarle gran número de prisioneros; luego se volvió contra Rivero y desbandó la tropa de su mando, parte de la cual se pasó a las filas independientes.
La Hera logró escapar de Moquegua y en pocos días reunió más de 800 hombres, con los que se propuso cortar la retirada a Miller, pero no lo logró, pues éste se concentró en Tacna. El 12 de junio se suspendieron las hostilidades por haber recibido entonces noticias del armisticio de Punchauca.
No obstante, los esfuerzos de Miller para reorganizar sus fuerzas, la situación empeoró al finalizar el armisticio, pues la mayor parte de sus efectivos enfermó y se vio obligado a abandonar Tacna y retirarse a Arica. No encontró en el puerto a Cochrane y tuvo que incautarse de cuatro buques mercantes que halló y embarcar en ellos sus tropas para volver a Pisco, donde dio por finalizada la campaña.