Conflicto con Francia

La guerra civil oriental fue dando la supremacía a Rivera, mientras la presencia de la flota francesa en el Río de la Plata contribuía en parte a ese desenlace. Francia deseaba intervenir en el Río de la Plata, en busca de nuevos mercados para sus productos manufacturados. Su ansia de expansión comercial en Asia y América entraba en competencia con Gran Bretaña y el plan político expansionista de ésta. 


Problemas impositivos

Por su proximidad al océano, el puerto de Montevideo era preferido por muchos barcos de ultramar, mientras que el de Buenos Aires ofrecía el problema de sus canales y bajíos. Se empleaba el cabotaje entre las dos ciudades para llevar y traer mercaderías, con los consiguientes trastornos, gastos y pérdidas de tiempo. Para combatir la competencia, Rosas recargó en un 25 por ciento los derechos de las mercaderías que trasbordaban en Montevideo. 

En 1835, los comerciantes franceses protestaron por esta medida ante su gobierno y se entablaron negociaciones sin llegar a un arreglo. 

Eximición de la milicia

En 1829, el almirante francés Venancourt se apoderó de barcos argentinos, durante el breve gobierno de Lavalle, con motivo de la incorporación a las milicias porteñas de ciudadanos franceses. Este acto causa indignación en la población de Buenos Aires y lleva a Rosas, al asumir el gobierno provincial el 8 de diciembre, a repudiar esta promesa.

En 1837, el vicecónsul francés, Aimé Roger, presentó una reclamación para que sus connacionales fueran eximidos de servir en la milicia o la guardia nacional de Buenos Aires. 

César Hipólito Bacle

A Baclé se lo acusaba de vender planos de importancia militar a Bolivia, en connivencia con los unitarios refugiados allí, de apoyar a los exiliados en Uruguay e intervenir en los asuntos internos de Chile. Fue liberado luego de 6 meses de prision , a fines de 1837 la salud física y mental de Bacle estaba sumamente deteriorada. Fue liberado pero falleció en su casa el 4 de enero de 1838.

Ventajas a los residentes Franceses

Cuando el rey Luis Felipe de Orleans llega al trono francés tras la revolución de julio de 1830 y decide reconocer al Río de la Plata con la esperanza de obtener para sus súbditos allí residentes las ventajas de la comunidad británica. Pero este reconocimiento, comunicado por el cónsul francés al ministro Tomás Manuel de Anchorena el 6 de diciembre, no obtuvo los resultados esperados por la corona de París. 

Tratado de amistad con Francia

Otro capítulo de esta historia de desencuentros con Francia ocurre en junio de 1834, cuando el proyecto del tratado de amistad y comercio con Francia es rechazado por la Legislatura de Buenos Aires. Los elementos xenófobos de la Cámara se niegan a ver lo que, si ven el gobernador Rosas y sus sucesores, el general Juan Ramón Balcarce (17 de diciembre de 1832 al 4 de noviembre de 1833) y Juan José Viamonte y su ministro Tomas Guido (de esta última fecha al 27 de junio de 1834): que un tratado con París que eximiera del servicio militar a residentes rioplatenses en Francia y a franceses en el Río de la Plata evitarla los impulsos imperialistas del gobierno orleanista. 

El bloque Frances

El bloqueo se mantuvo por dos años, generando una obligada política proteccionista, más allá de la Ley de Aduana, y produjo ciertas grietas en el bloque de poder. Los ganaderos del sur de la provincia se rebelaron contra Rosas ante la caída de los precios de la carne y las dificultades provocadas por el cerco francés al puerto.

La prisión de Bacle

Un nuevo incidente agravó las relaciones con Francia: la detención por orden de Rosas del litógrafo Hipólito César Bacle , ginebrino, acusado de proporcionar planos topográficos del norte al mariscal Santa Cruz.

El litógrafo fue engrillado y encerrado en un oscuro y húmedo calabozo del Retiro desde el 2 de marzo de 1837 hasta los últimos días de ese año.

Abatido y atormentado por la idea de la pérdida de sus bienes y de su libertad, enfermó del corazón y de los pulmones, y perdió en parte la razón.

Gracias a la intervención del representante inglés Henry Mandeville, Bacle fue excarcelado, pero murió en su casa el 4 de enero de 1838. Su esposa, exquisita pintora y dibujante, y sus hijos partieron para Europa el 2 de marzo.

Negociaciones con Francia

Aimé Roger recurrió entonces al almirante Louis Leblanc, destacado con una flota de ocho naves en el Río de la Plata, entre ellas la fragata Minerva y las corbetas Expéditive (nave insignia) y Camille.

El almirante Leblanc exigió reparaciones, respaldado por los amenazantes cañones de largo alcance de su flota.

Louis Leblanc

El 24 de marzo de 1838 Leblanc se trasladó a Buenos Aires con su nave insignia, la corbeta Expeditive, y tras una conversación con el ministro inglés John Henry Mandeville presentó nuevamente sus exigencias al gobierno, otorgándole dos días para que las considerara. 

 El vicecónsul Roger arrió la bandera, retiró el escudo del edificio del consulado francés y se entrevistó con Leblanc en Montevideo, el 27 de febrero, enterándose de que el marino tenía órdenes de mantener «un lenguaje categórico y una actitud firme» ante el gobierno de Buenos Aires. El 28 regresó a Buenos Aires y el 7 de marzo de 1838 sostuvo una conferencia de tres horas con Rosas, en el domicilio particular del gobernador en la calle San Francisco (hoy Moreno). 

Rosas dijo que, solamente, negociaría con un representante diplomático de mayor categoría y que no aceptaba imposiciones en los reclamos; Roger alegó que apoyaría a los enemigos del federalismo. El día 10, Roger pidió sus pasaportes y el 14 de marzo viajó a Montevideo. 

El 24 de marzo, el almirante Leblanc envió a Rosas una nota conciliatoria por intermedio del ministro inglés Mandeville: la escuadra francesa se retiraría si se indemnizaba a la viuda de Bacle y a otros franceses, y si se suspendía la ley de milicias. Ante la negativa de Rosas, Leblanc se trasladó ante la rada de Buenos Aires con su nave insignia, la corbeta Expéditive, y los otros barcos de su flota y declaró un riguroso bloqueo al puerto de Buenos aires y al litoral argentino del río.

Frente a las exigencias francesas, Rosas hace publicar en La Gazeta Mercantil del 31 de marzo de 1838 la siguiente declaración: "Exigir sobre la boca del cañón privilegios que solamente pueden concederse por tratado es a lo que este gobierno, tan insignificante como se quiera, nunca se someterá".

Fusilamiento de Domingo Cullen

La escritora y viajera Lina Beck-Bernard (1824-1888) dejó testimonio en sus memorias de aquel triste fin:“Cullen fue acompañado por uno de sus hijos, de edad de siete u ocho años. La escolta atravesó rápidamente la provincia de Santa Fe por los llanos desiertos. En la frontera de Buenos Aires encontraron a un chasque portador de una orden de Rosas. El prisionero debía ser fusilado en el lugar donde el jefe de la escolta se informara del despacho. Cullen escuchó su sentencia con mucha serenidad. A pocos pasos de él se encontraba un rancho abandonado. El jefe de la partida ordena entonces al prisionero que se ponga de espaldas a una de sus paredes; un soldado se le aproxima para vendarle los ojos con un trapo. Cullen lo rechaza y le presenta un pañuelo que saca de su bolsillo; es un pañuelo de batista bordada, la primera obra de manos de su hija predilecta, Jerónima, entonces de nueve o diez años… Cullen quiere que le venden los ojos con ese recuerdo de las alegrías paternas y de la felicidad del hogar doméstico. Un momento después su noble existencia ha terminado. Tenía apenas cuarenta y cinco años”.

Bloqueo francés a Buenos Aires

El bloqueo fue ruinoso para la economía de la Confederación, que aún vivía de la colocación de sus productos en el exterior y de la compra de harina y productos manufacturados en Europa y los Estados Unidos. 

Los estancieros no pudieron embarcar sus cueros y carnes saladas, y centenares de personas quedaron sin trabajo. Faltó la harina y aumentó el precio del pan. Todos los productos y alimentos que se traían del exterior, como el jamón, que venía de Alemania y Gran Bretaña, escasearon. El bloqueo fue un desastre para la administración, cuya principal fuente de recursos era el impuesto de Aduana.
Para afrontar la difícil situación económica, Rosas rebajó los sueldos y el presupuesto de la universidad, que pasó de 35.000 a 2.990 pesos; a su vez, el de la Inspección de Escuelas bajó de 40.000 a 2.300 pesos.
Se emitió papel moneda y la onza de oro subió de 117 pesos en 1837 a 513 pesos en el año 1840.

Derrota de Oribe en Uruguay

En Uruguay, Oribe, sin el apoyo de Rosas, fue derrotado por Rivera en la batalla del Palmar (15 de junio de 1838); renunció a la presidencia en octubre y se radicó en Buenos Aires. 
El nuevo gobierno, presidido por Rivera, envió un barco a Santa Catalina para traer a los emigrados argentinos exiliados allí por Oribe. Los franceses, instigados por Rivera, se apoderaron de la isla Martín García el 10 de octubre de 1838, después de vencer la firme resistencia de la guarnición argentina al mando de Jerónimo Costa y Thorne. El gobierno de Luis Felipe les ordenaba imponer la hegemonía francesa en el Río de la Plata. 

Santa Fe intenta romper el bloqueo

El gobernador de Santa Fe, Estanislao López, asesorado por su ministro Domingo Cullen, consideró que el bloqueo francés era un problema de Buenos Aires, y no de su provincia, e inició gestiones con el almirante Leblanc, que no prosperaron por la enfermedad y posterior muerte de López el 15 de junio de 1838.

Domingo Cullen, nombrado gobernador de Santa Fe, no fue reconocido por Rosas ni por Pascual Echagüe, gobernador de Entre Ríos. En cambio, lo reconoció Berón de Astrada, gobernador de Corrientes, quien exigió se respetará el tratado de enero de 1831 y se convocará a un congreso constituyente. 

Rosas, enterado de los contactos entre Cullen y los sublevados, no perdonó a Cullen y ordenó la captura de este «malvado y traidor feroz». Echagüe invadió Santa Fe y Juan Pablo López fue designado gobernador de esa provincia en octubre de 1838. Cullen se dirigió a Santiago del Estero y pidió protección al gobernador Ibarra, quien lo entregó a Rosas, siendo fusilado en la posta de Arroyo del Medio, el 21 de junio de 1839, como «reo de lesa nación y unitario».