Marcos Paz había nacido en Tucumán en 1813 y se graduó en leyes en Buenos Aires en 1839. Estuvo vinculado con la juventud de la Asociación de Mayo, pero no se plantó frente a la tiranía, aunque tampoco se puso a su servicio.
Después de Caseros se ligó a la causa de la Confederación; fue auditor de guerra con el grado de coronel en el ejército que puso sitio a Buenos Aires a las órdenes de Lagos; senador en el Congreso de Paraná y luego gobernador progresista de su provincia natal. Al producirse la elección presidencial de 1859, fue el candidato más votado para la vicepresidencia, pero el Congreso optó por el general Pedernera, que le seguía en sufragios.
No se descarta que esa decisión lo haya apartado de la Confederación y lo haya acercado a la causa de Buenos Aires; fue uno de los que se opusieron en Paraná al rechazo de los diputados porteños. Era rico propietario en la campaña bonaerense y aceptó del gobierno de Mitre una misión ante las provincias para explicarles el espíritu que animaba a Buenos Aires ante ellas. Llevaba además una carta para Derqui.
Fue detenido y encarcelado en Córdoba durante meses en las mazmorras del cabildo; luego fue remitido preso a Paraná. Después de Pavón, los liberales cordobeses derrocaron al gobierno impuesto por Derqui y, en medio de las divergencias internas del nuevo partido, Paz fue llevado al gobierno de la provincia; pero se apartó pronto a causa del localismo apasionado y fue enviado por Mitre a Catamarca para allanar la situación de aquella provincia y de las de Tucumán y Santiago del Estero. Cuando se inauguró el Congreso nacional el 25 de mayo de 1862, fue elegido presidente del Senado y acompañó a Mitre desde entonces hasta su muerte en 1868 en las responsabilidades del gobierno.