Situación provincial

Mientras se realizaban negociaciones entre Mitre y Urquiza para definir la situación y la conducta ulterior de Entre Ríos, las fuerzas del general Venancio Flores destrozaban los restos de las de la Confederación en Cañada de Gómez y el primer cuerpo del ejército de Buenos Aires se disponía a marchar hacia la provincia de Córdoba. 


Situación en Córdoba

Pero antes de que las tropas del general Flores llegasen a su objetivo, un movimiento sub-versivo depuso al gobernador Allende, impuesto por Derqui, y José Alejo Román fue nombrado gobernador provisorio hasta que se hiciese cargo del mando el gobernador Félix de la Peña, depuesto por la intervención nacional.

El 3 de noviembre se levantaron los departamentos de San Justo y Río Segundo; el coronel Francisco Clavero, el mismo que ordenó la ejecución de Aberastain, invadió la provincia, mientras el ex gobernador Allende trataba de reunir fuerzas en el norte. Fue entonces cuando el coronel Olascoaga dio el 12 de noviembre un golpe de mano en la ciudad misma; Clavero fue batido por el comandante Álvarez, pero entonces la provincia fue invadida por Sáa, Videla y otros jefes adictos al gobierno nacional caído. En esas circunstancias, dispuso Mitre el envío del primer cuerpo del ejército de Buenos Aires a Córdoba, al mando del general Paunero, llevando a Sarmiento como auditor de guerra.

El gobernador Félix de la Peña renunció al mando días después; el partido liberal estaba profundamente escindido y para tratar de salvar los escollos consiguientes fue designado gobernador Marcos Paz, que ya había sido gobernador de Tucumán y había tenido una actuación sobresaliente en el congreso de Paraná. Marcos Paz emitió un mensaje en el que hizo un proceso crudo y apasionado del gobierno de Derqui, bajo el cual había sido detenido y engrillado mientras llevaba cartas de Mitre para el entonces presidente.

Córdoba proclamó su soberanía interior y declaró caducos de hecho y de derecho los poderes nacionales, autorizando al general Mitre, gobernador de Buenos Aires, a convocar y hacer efectiva la reunión del nuevo congreso federal de conformidad con la Constitución reformada, en el tiempo y lugar que se designe, confiriéndole, hasta la reunión del Congreso, las facultades inherentes al poder ejecutivo nacional. La ley respectiva es firmada por el jurista Rafael García, refrendada por Marcos Paz y José Cortés Funes siendo la primera provincia que adoptó esa posición en el orden cronológico. .

Marcos Paz no se sintió a gusto en medio de las divergencias del propio partido liberal; dimitió el cargo de gobernador de Córdoba y fue encargado por Mitre de una misión militar en Catamarca, delegando el mando en el general Paunero, hasta que la legislatura eligió gobernador titular a Justiniano Posse, jefe de una de las fracciones del liberalismo cordobés. Después de asumir el mando, Posse delegó las facultades del poder ejecutivo nacional en el gobernador de Buenos Aires. En disidencia con la influencia de Paunero en los asuntos internos de la provincia, renunció a su cargo el 17 de julio de 1863. 

Francisco Clavero

Francisco Clavero peleó en la batalla de Pavón a órdenes del general Saá, y se retiró a Córdoba, donde organizó la defensa militar del gobierno del federal Fernando Allende. Pero el avance de las fuerzas porteñas después de la masacre de batalla de Cañada de Gómez provocó la renuncia de Allende, que además desautorizó a Clavero. De todos modos, Clavero intentó recuperar la ciudad de Córdoba, que estaba en manos de los unitarios, pero fue derrotado. El mendocino huyó al sur de San Luis, y con ayuda de indígenas amigos huyó por tierras inhabitadas a Chile, donde se encontró con Saá. En Mendoza se inició un juicio en su contra por la muerte de Aberastain; dado que no hallaron a Clavero, encerraron con grillos a sus dos hijos adolescentes en los calabozos del fuerte de San Rafael. Ante este abuso, Clavero decidió regresar.

Situación en Santa Fe

La provincia de Santa Fe declaró caducos los poderes públicos provinciales existentes hasta el 11 de noviembre de 1861, lo mismo que las autoridades de la Nación; reasumió su soberanía en la parte que había delegado en los poderes nacionales y retiró así los diputados y senadores que la representaban en el congreso de Paraná. Se autorizó por ley al general Mitre a convocar un nuevo Congreso nacional de conformidad con la Constitución reformada, en el tiempo y lugar que se designase, invistiéndole con las facultades inherentes al poder ejecutivo nacional, de cuyo ejercicio sería responsable ante el futuro congreso. 

La legislatura santafesina, en manifiesto firmado por Nicasio Oroño, hizo el proceso de la conducta del Congreso de Paraná al rechazar ilegalmente a los diputados por Buenos Aires.

Situación en Jujuy

Jujuy reasumió su soberanía el 9 de febrero de 1862 y delegó en Mitre las facultades pertinentes para reunir el Congreso y las propias del poder ejecutivo nacional para mantener el orden interno y las relaciones exteriores. ya el 14 de enero había dado la legislatura un manifiesto de adhesión franca a la política de Buenos Aires.

Situación en Mendoza y Salta

En Mendoza, el 1" de enero de 1862 fueron depuestas las autoridades con el apoyo de las tropas de Buenos Aires; la provincia reasumió el 26 de febrero su soberanía y delegó en Mitre las facultades para el ejercicio del poder ejecutivo nacional y la convocatoria del nuevo congreso. Lo mismo se hizo en Salta el 14 de marzo, con la sustitución de José María Todd, que había combatido contra la tiranía, pero no era liberal. La Rioja, San Juan y Santiago del Estero hicieron lo propio.

Nicasio Oroño

Nicasio Oroño en 1860 representó a Santa Fe, junto a Marcelino Freyre, en la Convención Constituyente reunida para reformar la Constitución Argentina. Fue electo diputado nacional en 1862, pero en 1865 renunció al cargo para ocupar la gobernación de Santa Fe, tras ser electo luego de haber sustituido por delegación a Patricio Cullen. Durante su mandato impulsó la organización institucional de la provincia. Sancionó la primera ley provincial de matrimonio civil de la cual se tiene noticias en el país el 18 de septiembre de 1867.

Situación en San Juan

Después de muchas alternativas, el pueblo de San Juan eligió gobernador de la provincia a Domingo Faustino Sarmiento en 1862; fue secundado en el gobierno por Ruperto Godoy y Valentín Videla Lima. Su programa de gobierno era superior a la capacidad de la provincia para realizarlo; ordenó el sistema rentístico, abrió caminos, edificó escuelas, hizo adoquinar algunas calles de la capital; fundó la Quinta Normal, para enseñar a los agricultores nuevos métodos de cultivo; promovió la fundación del colegio preparatorio, después colegio nacional, el tercer colegio secundario creado en el país; promovió la minería, uno de sus sueños; inició la construcción de una escuela gigante con capacidad para unos mil niños, que terminó tan sólo en 1865 y que fue bautizada con su nombre, hallándose él en los Estados Unidos; reorganizó la administración de justicia, creó un juzgado de comercio, etc. Sus medidas aceleradas para hacer avanzar la provincia en corto plazo produjeron descontento en los contribuyentes y se volvió impopular. Publicó y dirigió nuevamente El Zonda, pero los caudillos estaban discon-formes y volvieron a sus alzamientos.

Sarmiento recibió del gobierno nacional atribuciones para combatir las montoneras y permaneció en el gobierno de San Juan hasta 1864 afrontando incesantes conflictos, y aceptó, amargado, un cargo diplomático en Washington que le ofreció Mitre

Situación en Catamarca

Los liberales de Catamarca se hallaban divididos; los gobernantes de Santiago del Estero y Tucumán se disputaban el dominio de esa provincia. El gobernador provisional Moisés Omill, que tenía el apoyo del gobernador de Tucumán, presbítero José María del Campo, trató de hacerse elegir gobernador propietario, pero fue vencido por Ramón Rosa Correa, a quien apoyaban los santiaguetíos. Se volvió evidente el conflicto entre Catamarca, Santiago y Tucumán, y Omill recurrió a Paunero; Mitre designó comisionado al senador nacional por Salta, general Anselmo Rojo, para que fuese a las provincias del norte con la misión de allanar las dificultades existentes por el nombramiento del gobernador de Catamarca (agosto de 1862).

Además, pidió al congreso autorización para la aplicación de las medidas constitucionales del caso. Omill se hizo elegir entretanto gobernador propietario, aunque obtuvo en la legislatura trece votos contra Correa, que obtuvo quince; pero una mujer, Eulalia Ares de Bildosa, secundada por un grupo de mujeres y por algunos hombres, obligó al nuevo gobernador a tomar el camino de la fuga; cuando llegó el comisionado nacional, la situación estaba ya solucionada y Correa fue reconocido como gobernador. El general Rojo se dedicó a restablecer la paz entre las tres provincias en conflicto.

Eulalia Ares de Bildosa

Luego de Pavon la provincia de Catamarca estaba convulsionada por la lucha entre los unitarios amigos de Taboada, el gobernador electo Ramón Rosa Correa,y los de del Campo, el gobernador interino Moisés Omill, quien se negaba a ceder supuesto  ya que la Asamblea General designó como titular a Correa. Omill expulsó de la Legislatura a cinco diputados y los reemplazó por sus partidarios. Con la mayoría a su favor, hizo votar una ley que declaraba nula la elección de Correa. Luego destituyó jueces y derrotó al Comandante en Armas el General José Domingo Vildoza, partidario del derrocado Gobernador Ramón Rosa Correa y, por sus preferencias políticas,desterrado en 1862. 
La esposa de Vildoza es la protagonista principal de esta historia, era  Eulalia Ares, mujer de fuerte carácter, rica hacendada de Ancasti, Catamarca, descendiente del unitario Miguel Díaz de la Peña. Desde chica se dedicó ala administración de los negocios de su padre. Se casó y tuvo siete hijos.También se hacía cargo de la hacienda del marido, General Vildoza, cuando éste se ausentaba. Por si esto fuera poco, Eulalia tenía tiempo para seguir de cerca los acontecimientos políticos de su provincia.
Ante la falta de reacción de los pocos opositores que quedaban en la provincia, a quienes calificaba como “gallos de corral”, Eulalia reunió a sus vecinas y esposas de oficiales perseguidos, para buscar la manera de derrocar a Omill.Con la premura del caso, viajó a Santiago del Estero para comprar armas y mandó a pedir municiones a Buenos Aires.
Las mujeres se encontraban en la iglesia, y en una de esas reuniones convocaron a un humilde y bonachón fabricante de santos, Daniel Palacios, a quien el pueblo llamaba “el pollerudo” por su carácter manso, para que colaborara con ellas. Ultimados los detalles, las veintitrés revolucionarias y Palacios se encontraron en el templo a la medianoche.
Cambiaron sus faldas por ropa masculina, y empuñando fusiles, comandadas por Eulalia, se apoderaron del Cabildo al sorprender a los guardias dormidos. Como el gobernador no estaba, fueron a la casa de Omill, ya se les habían unido algunos oficiales. Pistola en mano, Eulalia golpeó la puerta de sus habitaciones y pidió a Omill que saliera. En ese momento,uno de los soldados realizó un disparo que fue contestado con otro desde el interior. En medio del tiroteo y la confusión, Omill huyó saltando las paredes del fondo de su casa, sin sombrero, descalzo y con los pantalones en la mano.Corrió a pedir ayuda a los frailes del convento de San Francisco quienes le prestaron un hábito y un caballo. Y así, disfrazado de monje, huyó a Tucumán. Horas más tarde,Eulalia presidió una reunión en el Cabildo, y como “gobernadora” (por 12 horas),“ordenó ruegos de acción de gracias por el triunfo de la revolución, que se engalanaran los frentes de las casas y que se distribuyeran limosnas a los pobres”

Situación de Corrientes

En Corrientes, un movimiento opositor derrocó al gobernador Rolón, fiel a Urquiza, el 8 de diciembre de 1861, y en su lugar fue elegido el vicepresidente de la legislatura José Pampín; éste formó el gobierno con Juan Eusebio Torrent y Wenceslao Díaz Colodrero, que des-confiaban del gobernador de Entre Ríos; un amago de intervención de Urquiza contra Corrientes fue paralizado por Mitre. Al mes del cambio operado, la provincia retiró los diputados al Congreso nacional y confirió al gobernador de Buenos Aires "las facultades necesarias para convocar y hacer efectiva la reunión del congreso en base de la constitución reformada".

Situación en Santa Fé

Santa Fe había quedado acéfala al abandonar el gobierno Pascual Rosas, que se dirigió al Chaco; interinamente ejerció el mando Mariano Comas, pero al ocupar la ciudad el general Mitre designó gobernador a Domingo Crespo, que ya había colaborado con Urquiza en la or-ganización nacional y disfrutaba de gran prestigio. Crespo asumió el mando el 30 de diciembre de 1861 y convocó a elecciones para el 12 de febrero a fin de elegir una nueva legislatura, en la cual aparecen Carlos M. Saravia, José María Zuviría, Nicasio Oroño, Tomás Cullen, Julio Busaniche, Martín Fragueiro, etc. La asamblea eligió presidente a Nicasio Oroño.

Las provincias, ya de por sí pobres, habían quedado exhaustas por los preparativos bélicos que condujeron a Pavón. El gobierno de Buenos Aires tuvo que asumir la responsabilidad de socorrerlas financieramente, tanto por la necesidad misma del socorro, como para captar su confianza y su adhesión. Fueron enviadas a Córdoba 865 onzas de oro, a Tucumán 1.058, a Corrientes 2.000, etc.

Situación en Buenos Aires

Faltaba la decisión de Buenos Aires, donde abundaban los recelos y las ambiciones por excesivo engreimiento y que no había decidido aún la extensión de los poderes dé carácter ejecutivo nacional a su gobernador.

El localismo porteño, la posesión de la aduana, fuente de recursos; la despreocupación y el recelo ante las provincias pobres fomentaron una serie de vacilaciones y de exigencias. Ya entonces se perfiló la división del partido en liberales nacionalistas y autonomistas, crudos y

cocidos, según la calificación popular. Los cocidos eran los nacionalistas mitristas, que se habían dejado cocer en las calderas de Urquiza; los alsinistas, por contraste, eran los crudos. 

Fue una de las últimas provincias que acordaron a Mitre la autorización para convocar el nuevo congreso y para desempeñar el poder ejecutivo nacional vacante. Eduardo Costa y Rufino de Elizalde hicieron la defensa de la delegación de poderes, mientras que Valentín Alsina y Carlos Tejedor se opusieron. Pero al fin también se impuso a comienzos de abril la única decisión razonable en aquellos momentos. 

Tras largo debate se facultó al gobernador de Buenos Aires para mantener por parte de la provincia "las relaciones exteriores de la República y para atender dentro de las atribuciones constitucionales del ejecutivo nacional a los objetos urgentes de carácter nacional". Fue un nuevo triunfo de Mitre, esta vez contra sus propios compañeros, como había triunfado sobre Urquiza, en una pugna que fue algo como una batalla de Pavón civil.

Mitre a cargo del poder ejecutivo nacional

El 12 de abril Mitre suscribió un decreto estableciendo la forma en que aceptaba la autoridad conferida como encargado del poder ejecutivo nacional:

"Al aceptar la autoridad provisoria que depositan en mí los pueblos, fue mi ánimo ejercerla tan sólo en aquella parte indispensable para la convocatoria del Congreso y el mantenimiento del orden interno y de las relaciones exteriores; una mayor amplitud de facultades administrativas era inconciliable con el carácter accidental de esa autoridad y con los elementos de que disponía."

Formó su gobierno con los mismos miembros del gobierno provincial: Eduardo Costa atendería los asuntos relativos a los departamentos del interior y de relaciones exteriores; el de hacienda, Norberto de la Riestra, se ocuparía de los de su ramo; el general Juan Andrés Gelly y Obes, los de guerra y marina. Todos los decretos de carácter nacional serían autorizados por el secretario general de asuntos nacionales, José María Gutiérrez.