Nacido en la ciudad de Salta del 29 de enero de 1921, hijo de Don Juan Carlos Dávalos y de Doña Celecia Elena.
Cursó estudios en su ciudad natal. Recorrió íntegramente su suelo patrio, de uno a otro confín, en contacto íntimo con la tierra y sus hombres, bebiendo en los caminos, en las ciudades y aldeas ese rico venero que habría de transformar en poema, canto o relato.
Ha reunido en varios libros su producción de escritor, entre los que citamos : "Rastro Seco" (poemas, Salta, 1944), "El Nombrador" (poemas y canciones. Bs. As., 1957. Dos ediciones) ; "Toro viene el río" (relatos, Bs As., 1959 ; y "Coplas y canciones" (Bs. As. 1959)
Con respecto a las coplas, que él ha escrito y ha recopilado con ávido afán, dice Dávalos : " Desde México a nuestra Argentina, la copla bajó por sobre el geológico espinazo cordillerano del continente atando lenguas y corazones, fijando un alma y un idioma comunes, poniéndole palabras a nuestros desmesurados silencios planetarios, donde el hombre americano, síntesis de todas las razas, convive con su madre tierra, ama y trabaja atado a un solo destino : la unión definitiva de América".
Jaime Dávalos abandonó las típicas frases populares y pintorescas del folclore para reinventar la música popular.
Dávalos introdujo un nuevo movimiento al proporcionarle imágenes conmovedoras y otros elementos poéticos de calidad a las canciones. En el norte Argentino se dice que "le puso palabras al silencio de su pueblo" como cuenta en su obra "El Nombrador". Esta metáfora tiene origen en el hecho antes mencionado, Dávalos dejó al falso estereotipo de un pueblo en constante carnaval sin preocupaciones y contó las verdaderas vidas, los pesares y las humildes y cotidianas glorias de la gente del pueblo y de los trabajadores. Se puede ver en trabajos como "El Jangadero", "Zamba de los mineros" y "Zamba de un triste". Con la música de grandes compositores, tornó popular y accesible poesía de gran profundidad. Este hecho es lo que ha provocado que la cultura oficial no lo reconozca como el poeta que fue. Como en el caso de Manuel J. Castilla, el hecho de haber emparentado su poesía con la música popular ha servido de prejuicio valorativo sobre su obra.
Jaime Dávalos no sólo fue un exquisito poeta sino también un gran recitador de sus versos. Inauguró un estilo seguido por poetas de la talla de Armando Tejada Gómez y Hamlet Lima Quintana. Fue parte de una de las sociedades más fecundas de la música popular argentina junto a Eduardo Falú a la que se sumaría la del Cuchi Leguizamón y Manuel J. Castilla que también dio altas notas para la cultura popular argentina.
El poeta Dávalos junto al guitarrista y cantautor Eduardo Falú.
Ha reunido en varios libros su producción de escritor, entre los que citamos:
Muchas de sus composiciones fueron recopiladas en 1962 en Canciones de Jaime Dávalos. Entre ellas se pueden citar: