Artista autodidacta, Fioravanti se formó en los talleres de escultura de Buenos Aires. En 1919 obtuvo su primer premio.
El presidente Marcelo T. de Alvear le encomendó la realización de decoraciones escultóricas en el vestíbulo de la Casa Rosada.
En 1924 viajo a Europa , donde expuso en el Museo de Arte Moderno de Madrid; y dos años luego, en el Salón de Arte Moderno de París. En ambos casos adquirieron una de sus obras. En 1927 regresó a su país pero retornó a Europa en 1929, instalándose en París.4
Fue profesor de talla directa de la la Escuela Superior de Bellas Artes "Ernesto de la Cárcova" y nombrado Académico de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.
En 1929 el artista se trasladó a París, donde permaneció seis años y realizó los monumentos a Nicolás Avellaneda y Luis Sáenz Peña. A partir de 1935 se instaló en Buenos Aires, donde retomó la amistad con sus antiguos compañeros, entre ellos Alfredo Bigatti, con el que realizó importantes y significativas esculturas como La bandera. De esta época son también las obras Vieja vasca y el grupo escultórico de mármol El tributo. De su visión romántica y profunda de la vida merecen destacarse Resurrexit y Ariel caído.
En 1936 Fioravanti obtuvo el Gran Premio del Salón Nacional con Mujer con libro, retrato de la que fue su esposa, la pintora Ludvilla Feodorounam. Realizó también un busto del pintor Antonio Pedone.
Años más tarde, en 1958, recibió la medalla de oro que anualmente concede el Consejo Internacional de Buenos Aires a la labor de un artista plástico. Su obra se encuentra albergada en un gran número de museos de España, Francia, Luxemburgo, Italia y Estados Unidos.