El nombre completo de Luis Sandrini era Luis Santiago Sandrini Lagomarsino. Había nacido en Buenos Aires el 22 de febrero de 1905 en la ciudad de San pedro en la provincia de Buenos Aires , era hijo de un actor teatral que había decidido radicarse en San Pedro, provincia de Buenos Aires. Se recibe de maestro, aunque nunca llegará a ejercer.
A los 18 años vuelve a la Capital y se integra junto a sus padres el staff de Circo Rinaldi ,actuando como payaso. El salto de la arena al teatro era inevitable, pasando a revistar en la compañía de Enrique Muiño y Elías Alippi en la década de 1930 En 1933 compone al Eusebio de "Los tres berretines", que habría de consagrarlo. el mismo año hizo "El hijo de papá". Comenzó -como muchos actores nacionales- en el circo criollo, participando en obras gauchescas.
Debutó en el cine en 1933 actuando en la primera película sonora argentina ¡Tango! (dirigida por Luis José Moglia Barth) en la cual trabajaban, un grande del teatro de revistas como Pepe Arias y las estrellas del tango Libertad Lamarque, Azucena Maizani y Tita Merello, con quien tuvo un romance cuando filmaron la película Juan Tenorio.
El personaje que compone en la cinta Tango cinta es el paradigma que -con algunos toques más o menos finos-, realizó a lo largo de su vida. Ese tipo, un muchacho buenote, falto de malicia aunque no de picardía para hacer valer las buenas causas, se llamaba -con las variaciones del caso- Felipe. "Todos mis personajes se me parecen porque fuí y soy como ellos y, sobre todo, porque mi público era y es así", dijo alguna vez. El día en que anunció que archivaba para siempre el personaje de Felipe explicó que lo hacía porque en el mundo se había dejado de apreciar "el gran valor de las pequeñas cosas".
También se lució en la radio, donde hizo Felipe, que fue el prototipo del porteño bonachón, creación de Miguel Coronatto Paz, que tuvo tanto éxito que años más tarde fue llevado a la televisión en Canal 13, donde compartió pantalla con otros grandes cómicos como Tato Bores, Alberto Olmedo, Pepe Biondi, José Marrone, Carlos Balá, Dringue Farías y Juan Carlos Altavista, entre otros.
En el teatro hizo Cuando los duendes cazan perdices, luego llevada al cine, y, detrás de bastidores, quedó asombrado por la belleza de la joven actriz Malvina Pastorino con la cual se casó. Este éxito rotundo hizo que se convirtiera en la figura popular más representativa de la época de oro del cine argentino; que luego se afianzó con la película que inauguró la «serie de hoteles alojamientode los años sesenta», que fue La cigarra no es un bicho, de Daniel Tinayre.
Sus últimas apariciones fueron en películas familiares costumbristas de Enrique Carreras. Falleció cuando rodaba la película ¡Qué linda es mi familia!, de Palito Ortega, donde trabajó junto a otra grande del espectáculo, Niní Marshall.
Cuando concluye la filmación de "Que linda es mi familia", empieza una agonía de 16 días que acaba con su vida. Sus films obtuvieron reconocimiento internacional, especialmente en España y las comunidades de habla hispana en EE.UU. En sus últimos años de vida, Sandrini se dedicó a la carpintería y a su familia.
Luis Sandrini en la cultura
Luis Sandrini supo conquistar el corazón no solo de las personas de su país sino también del resto del mundo hispano debido a las grandes caracterizaciones de sus personajes, por los que las películas en que este gran cómico actuó son conocidas por todos como las películas de Sandrini, sobresaliendo él de entre el resto del elenco y opacando incluso a los directores de las mismas. Inclusive han pasado a la historia famosas expresiones de sus personajes, como aquella bien conocida de su filme Cuando los duendes cazan perdices: «¡La vieja ve los colores!».
Fue sumamente alabado por sus caracterizaciones y sus personajes han dado que hablar incluso muchos años después de las primeras emisiones de sus películas. El programa de televisión Peter Capusotto y sus videos cuenta con un personaje interpretado por Diego Capusotto llamado Bombita Rodríguez, que se cree está inspirado en el profesor Tirabombas o en el profesor Hippie, ambos de Sandrini.
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura en 2010, rememora a Sandrini en un pasaje de su novela ¿Quién mató a Palomino Molero?: «Lituma y el teniente habían estado en el cine, viendo una película argentina de Luis Sandrini, que hizo reír mucho a la gente, pero no a ellos».
El comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, en sus memorias, dice de Sandrini: "Se trata de un argentino que debería tener residencia oficial en el Olimpo de los comediantes: el señor don Luis Sandrini, un actor en toda la extensión de la palabra, que lo mismo nos arranca carcajadas que lágrimas. Había sido mi ídolo desde la infancia y lo siguió siendo siempre".
Entre los premios y reconocimientos que obtuvo se cuentan el