Hijo del español Manuel Lorenzo Blanco Cicerón y de la chilena Mercedes Calvo de Encalada y Recabarren. Al pasar su infancia en Buenos Aires viajó a España donde en 1807 se incorporó a la Real Armada Española.
Luchó en la guerra de independencia española y luego fue enviado a prestar sus servicios en el Perú, donde por desarrollar ideales independentistas fue enviado de regreso a España. Por medio de sus contactos logró ser posteriormente destinado a Montevideo, donde desertó de la marina española para unirse a los patriotas. En 1813 llegó a Chile para luchar por la guerra de independencia de este país, incorporándose a las incipientes fuerzas militares del período conocido como la Patria Vieja que serían finalmente derrotadas en 1814, siendo él confinado como reo en el archipiélago de Juan Fernández.
Con el inicio en 1817 de la Patria Nueva es rescatado del archipiélago y se incorpora como oficial en el Ejército Unido Libertador de Chile, destacándose en las batallas decisivas para la emancipación chilena. En junio de 1818 colaboró con la organización de la marina chilena y se convirtió en su primer comandante general y jefe de la escuadra, logrando en la primera acción naval de su mando capturar un convoy español proveniente de Cádiz. En 1819 participó como segundo jefe de la escuadra chilena en la campaña del Pacífico al mando del marino británico Thomas Cochrane, y luego en 1822 se uniría por orden del gobierno chileno a las fuerzas libertadoras del Perú tomando el mando de la Marina de Guerra del Perú hasta principios de 1823 ya que luego fue designado ministro plenipotenciario del Perú en el Río de la Plata. Regresó a Chile en 1824 donde asumió un cargo en el ejército y luego tomó el mando de una división naval chilena para auxiliar al Perú, uniéndose con sus fuerzas navales a las de ese país y la Gran Colombia, y poniéndose él al mando de esta flota combinada para bloquear el Callao en 1825.
A mediados de ese año se retiró del bloqueo con sus fuerzas para participar en la campaña de Chiloé bajo las órdenes del general Ramón Freire, quien logró tomar el último bastión realista en Chile.
En 1826, tras su exitosa actuación en la liberación de Chiloé, fue elegido interinamente como Presidente de la República de Chile, siendo la primera persona en ostentar dicho título, pero se mantuvo en ese cargo apenas dos meses y luego se alejó por un tiempo de toda actividad política o militar debido al ambiente conflictivo que imperaba en el país. Volvió a las labores militares en 1836, al estallar la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana. Como general en jefe de la primera expedición militar de esta guerra firmó el Tratado de Paucarpata, que sería rechazado por el gobierno chileno y prolongaría la guerra hasta 1839.
Posteriormente hizo un viaje a gran parte de Europa, volviendo a Chile en 1846. Al año siguiente recibió el cargo de intendente de Valparaíso, y por segunda vez, el de comandante general de marina, desempeñando estos puestos con bastante esmero y de beneficio para el progreso estructural y urbanístico del puerto.
En 1851, al estallar una revolución liberal en el país, sofocó un motín en Valparaíso ganándose de esa forma la gratitud del gobierno y siendo nombrado en 1853 diplomático en Francia. Permaneció en Europa hasta 1858 y a su regreso ocuparía algunos cargos honoríficos. En 1865, a causa de la guerra con España, prestó sus servicios como marino y se le confió el mando de la escuadra chileno-peruana.
En 1868 realizó su última actividad pública, en la que se le otorgó el mando de una fuerza naval para repatriar los restos del general Bernardo O'Higgins que se encontraban sepultados en Lima. Falleció el 5 de septiembre de 1876 en la ciudad de Santiago a sus 86 años de edad.