En 1922, al cumplir 18 años se afilia a la Unión Cívica Radical y se muda a la ciudad de La Plata, donde el clima de movilización estudiantil lo impulsa a inscribirse en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata. Tras una breve y brillante carrera obtiene, en 1927, el título de abogado pero en pocas ocasiones ejercerá la profesión ya que se dedicará de lleno a la actividad política.
En 1928 se casa con Indalia Ponzetti, con quien tendrá tres hijos: Lía Elena, Osvaldo y Enrique. Ese mismo año, Balbín participa activamente en la campaña que llevará por segunda vez a la presidencia a Hipólito Yrigoyen, y durante ese gobierno es designado fiscal del Crimen por la intervención federal de la provincia de Mendoza.
Carrera política
Al poco tiempo vuelve a La Plata y en 1930, año en que José Félix Uriburu derroca a Yrigoyen mediante un golpe de estado, es electo presidente del Comité de la Sección Primera de La Plata. En 1931 el gobierno de facto convoca a elecciones en la provincia de Buenos Aires y Balbín es electo diputado provincial y Honorio Pueyrredón gobernador, sin embargo, como el triunfo radical no estaba en los planes de la dictadura de Uriburu las elecciones son anuladas.
Durante los años 1930 Balbín desarrolló una intensa actividad política en contra del fraude y en 1940 es electo nuevamente diputado provincial, sin embargo, renuncia a su banca en repudio al fraude escandaloso que caracterizaron a esos comicios. En 1945, en concomitancia con el liderazgo intransigente del cordobés Amadeo Sabattini, participa en la fundación del Movimiento de Intransigencia y Renovación (MIR) junto a Arturo Frondizi, Crisólogo Larralde, Oscar Alende, Moisés Lebensohn, y otros dirigentes.
Al poco tiempo vuelve a La Plata y en 1930, año en que José
Félix Uriburu derroca a Yrigoyen mediante un golpe de estado, es electo
presidente del Comité de la Sección Primera de La Plata. En 1931 el gobierno de
facto convoca a elecciones en la provincia de Buenos Aires y Balbín es electo
diputado provincial y Honorio Pueyrredón gobernador, sin embargo, como el
triunfo radical no estaba en los planes de la dictadura de Uriburu las
elecciones son anuladas.
Durante los años 1930 Balbín desarrolló una intensa actividad política en contra del fraude y en 1940 es electo nuevamente diputado provincial, sin embargo, renuncia a su banca en repudio al fraude escandaloso que caracterizaron a esos comicios. En 1945, en concomitancia con el liderazgo intransigente del cordobés Amadeo Sabattini, participa en la fundación del Movimiento de Intransigencia y Renovación (MIR) junto a Arturo Frondizi, Crisólogo Larralde, Oscar Alende, Moisés Lebensohn, y otros dirigentes.
En 1946 es electo diputado nacional y preside el llamado "Bloque de los 44". Su actuación parlamentaria opositora al gobierno de Juan Domingo Perón le depara persecución política y judicial, hasta que es expulsado del Congreso en 1949 y encarcelado en el penal de Olmos, en La Plata. En 1950 es candidato a Gobernador de la provincia de Buenos Aires y vuelve a ser encarcelado el mismo día de los comicios. A fines de ese año, el presidente Perón lo indulta, sin embargo, Balbín rechaza la medida debido a que el proceso penal aún no había producido sentencia.
Ya en libertad, la Convención Nacional de la UCR lo elige
como candidato a presidente de la Nación, en 1951, acompañado por Arturo
Frondizi como candidato a Vicepresidente, elección en que se impone nuevamente
Juan Domingo Perón, y en 1954 vuelve a ser encarcelado.
En 1955 el gobierno peronista es depuesto por el golpe
conocido como Revolución Libertadora. Derrocado el peronismo, las diferencias
internas entre los tres grandes sectores internos del radicalismo -el MIR, el
Movimiento de Intransigencia Nacional (MIN, sabbatinista) y el unionismo- se
ahondan. Arturo Frondizi, que había llegado a la presidencia del Comité
Nacional de la UCR en 1954, se disponía llegar a la presidencia de la Nación.
Tras la ruptura entre Frondizi y el unionismo y el
sabbatinismo, es el propio MIR el que se fractura, dividiéndose el radicalismo
en 1957 entre Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) que había proclamado
las candidaturas de Arturo Frondizi y Alejandro Gomez, y la Unión Cívica
Radical del Pueblo (UCRP) cuyo primer comité nacional presidió Crisólogo
Larralde y que llevó como candidato a la presidencia de la Nación a Balbín,
quien es electo candidato a presidente para las elecciones de 1958, acompañado
por el ex gobernador de Córdoba Santiago del Castillo como candidato a
vicepresidente.1 En esa oportunidad triunfa Frondizi con el apoyo de los votos
que aún respondían a Perón, ante la proscripción de su fuerza política.
En 1959 Balbín es electo presidente del comité nacional de la UCRP, marcando una dura oposición al gobierno de Frondizi, al que juzgaba como apartado de los idearios del radicalismo. Desde la UCRP se impulsaba la figura de Crisólogo Larralde, cuyo prestigio podría reunificar al radicalismo.
Candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires para las elecciones convocadas en marzo de 1962, Larralde muere durante la campaña y el radicalismo del pueblo obtiene el tercer lugar.
Tras él derrocamiento de Frondizi, Balbín impulsa la candidatura de Arturo Illia -gobernador electo de Córdoba en 1962- para las elecciones de julio de 1963, siendo electo presidente de la Nación junto a Carlos Perette como vicepresidente. Balbín no pudo evitar desde el partido el progresivo aislamiento del gobierno radical, acosado por el sindicalismo peronista y las corporaciones económicas, que finalmente propiciaron el golpe de estado de junio de 1966 que encabezó el general Juan Carlos Onganía. Balbín dirá, en una autocrítica, “el pueblo no sabía qué estábamos haciendo los radicales”.
En ese período, Balbín impulsa junto a otros partidos
políticos, entre los que se contaba el peronismo, el socialismo y el
conservadurismo popular, La Hora del Pueblo, iniciativa que reclama un retorno
a la legalidad y que se manifiesta mediante un documento titulado Sin solución
política es impensable una solución económica.
En 1972 Balbín fundó la corriente interna Línea Nacional y
luego de derrotar en las elecciones internas a Raúl Alfonsín, nuevamente es
candidato a presidente, acompañado en la fórmula por Eduardo Gamond. A fines de
ese año, Perón retorna brevemente al país y se reúne con Balbín, ocasión en que
los dos líderes se comprometen a zanjar diferencias históricas y preservar la
unidad de las fuerzas populares. El 11 de marzo de 1973 nuevamente se impondría
el peronismo con la fórmula Héctor Cámpora - Vicente Solano Lima.
A mediados de 1973, y tras el regreso definitivo de Perón a la Argentina, el gobierno renuncia y se convoca nuevamente a elecciones, ocasión en que Balbín representaría por última vez a su partido como candidato presidencial, esta vez acompañado por Fernando de la Rúa. Perón se impone en los comicios acompañado por su esposa, María Estela Martínez como vicepresidente.
El 1 de julio de 1974 muere Perón y Balbín le dedica una sentida despedida, aunque alrededor de esta fecha fue cuando más cerca estuvo de llegar a la presidencia, según cuenta Gustavo Caraballo y por deseo del mismo Perón.
Durante 1975 y principios de 1976 los esfuerzos de Balbín
estuvieron empeñados en evitar un golpe militar, pero el 24 de marzo de 1976,
con el derrocamiento de la presidenta María Estela Martínez comienza la
dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional.
Videla afirmó que en febrero de 1976 el entonces titular de
la Unión Cívica Radical, Ricardo Balbín, le pidió que «cuanto antes» las
fuerzas armadas dieran un golpe de Estado y «eviten así una larga agonía a la
República». Según el represor, durante una cena en casa de un amigo común «unos
45 días antes del 24 de marzo de 1976», el dirigente radical también le expresó
que «no pretenda el aplauso» por interrumpir el orden constitucional pero le
garantizó que desde el radicalismo «tampoco sembraré piedras en el camino».
Su actividad durante el Proceso de Reorganización Nacional
Durante los meses anteriores al golpe del Proceso de
Reorganización Nacional, Balbín recibió críticas por intentar llegar a
elecciones:
"A las elecciones con muletas", dejó escapar, en
alguna ocasión, el líder radical [Ricardo Balbín]. No interesa cuál sea el
precio, no importan las consecuencias ni el estado de la República. Lo
importante es llegar... Quizás porque subyugado con aquellas palabras de
Almafuerte supone «curables» los males argentinos cinco minutos antes que muera
la República? ¡Qué increíble ceguera! No cabría pensar, mejor, con el egregio
Lugones, que otra vez la «hora de espada» se cierne insoslayable, para bien del
mundo?
Artículo en el diario La Nueva Provincia, del 21 de febrero
de 1976.
Durante esta dictadura el Proceso de Reorganización Nacional
estableció un régimen de terrorismo de estado que causó miles de desaparecidos,
torturados y exiliados. La actividad de los partidos políticos fue suspendida.
Las organizaciones de derechos humanos criticaron duramente
la posición de Balbín ante la violación masiva de los derechos humanos.
Por su parte el dirigente radical Luis Brasesco ―abogado
defensor de presos políticos durante los años setenta― ha justificado los
contactos de Balbín con los militares de la dictadura sosteniendo que tenían
como fin salvaguardar las vidas de militantes de la Juventud Radical y Franja
Morada y que expresaba esa intención diciendo que de su silencio dependían
vidas.3 En el mismo sentido, en una rueda de prensa con corresponsales
extranjeros, ante la insistencia de un periodista acerca de los desaparecidos,
expresó:
"Usted ocúpese de los muertos, que a mí me duelen, pero
yo me ocupo de los vivos, para que no mueran".
Ricardo Balbín.
También en el tema
del conflicto por las islas Picton, Nueva y Lennox tenía paradójicas
coincidencias con el discurso de los «duros» del Ejército y la Marina:
"Históricamente, la Argentina ha sido excesivamente
generosa en sus planteos de límites y ha regalado mucho territorio; de lo que
se trata ahora es de saber si los chilenos pueden haber avanzado tanto como
para que el Pacífico se transforme en Atlántico. Nosotros estamos aquí para
decirles que no ... Argentina, desgraciadamente, no puede retroceder, está en
el límite de sus viejas tolerancias y alguna vez habrá que decir que no, y esta
vez lo hemos dicho, porque no podemos caernos al mar".
Ricardo Balbín.
En 1978, en el peor año de asesinatos políticos por parte de
la dictadura de Videla, Balbín criticó a los argentinos exiliados que denuncian
las violaciones a los derechos humanos, que consideraba «ataques contra la
Argentina»:
[...] los autores del ataque que se efectúa desde el
exterior contra nuestro país. Las críticas vienen de afuera y distorsionadas, y
sirven a causas de los que se fueron del país después de haber encendido las
llamas del incendio.[
En 1980 ya con su salud bastante deteriorada impulsó el
lanzamiento de la Convocatoria Multipartidaria, una coordinación de los
partidos democráticos más importantes que abrió camino a la democratización del
país. Finalmente, el 9 de septiembre de 1981 falleció en La Plata. Su entierro
se convirtió en un acto político multitudinario pese a estar prohibidas las manifestaciones
políticas.