Hijo de un militar, de joven se trasladó a Buenos Aires, donde estudió en el Real Colegio de San Carlos; pero se negó a ser abogado como querían sus padres, y se dedicó al comercio.
Al producirse las invasiones inglesas, se unió a las fuerzas locales durante la Reconquista de Buenos Aires, y luego participó en la Defensa en el regimiento de Arribeños, participando en el Combate de Corrales de Miserere.
En 1809 se unió a las fuerzas del coronel Cornelio Saavedra en defensa de la autoridad de Santiago de Liniers, y más tarde formó parte del grupo que presionaba a favor de apoyar la independencia de España. Fue ascendido a teniente coronel.
En 1810, la Primera Junta lo envió a San Luis, Mendoza y San Juan, con la comunicación oficial de la Revolución de Mayo, la exigencia de su reconocimiento por los cabildos de esas ciudades, y la invitación a elegir un diputado por cada una, que se incorporaría a la llamada Junta Grande. Meses después fue nombrado comandante del fuerte de San Rafael, última avanzada hacia el sur en la provincia de Cuyo. En 1811 fue nombrado comandante de fronteras de Mendoza.
A fines del año siguiente se le encargó reunir reclutas para los ejércitos patriotas, como el regimiento de Granaderos a Caballo. Como anécdota curiosa, ese fue el origen de la carrera militar del futuro caudillo federal Facundo Quiroga, que pronto volvió a La Rioja. Luego fue nombrado jefe del regimiento de Pardos y Morenos.
En noviembre de 1814 fue nombrado Teniente de Gobernador de San Juan, cargo que dependía del gobernador de Cuyo, José de San Martín. Aplacó algunos intentos autonomistas en esa ciudad y ayudó a formar el Ejército de los Andes.
Cuando el Director Supremo Alvear intentó reemplazar a San Martín, fue uno de los pocos que aceptó la autoridad del coronel Gregorio Perdriel. Esa actitud le valió ser reemplazado por el coronel Toribio de Luzuriaga en mayo de 1815, tras la caída de Alvear.
No obstante, San Martín lo unió a su campamento de El Plumerillo y lo puso a cargo de funciones administrativas como jefe de la maestranza. Cuando el Ejército inició la campaña a Chile, lo dejó como jefe de lo poco que quedaba del ejército mendocino y de las instalaciones del Plumerillo. Fue fiscal en la causa contra Juan José y Luis Carrera, pero fue luego reemplazado por Bernardo de Monteagudo, que consiguió su ejecución. Al llegar la noticia de la derrota de Cancha Rayada, hizo un gran esfuerzo para poner a la provincia en condiciones de defenderse de un posible ataque realista.
Durante la crisis política de principios de los años 20 se unió a los federales. Cuando Facundo Quiroga retuvo al regimiento mendocino que había atacado La Rioja, negoció con él la devolución de una parte del mismo.
Apoyó la revolución del general Bruno Morón, que derrocó al gobernador Pedro José Campos y colocó en el poder a Tomás Godoy Cruz. Éste lo envió a Chile, a pedir ayuda de ese país para hacer frente al general José Miguel Carrera, que estaba por atacar Mendoza; al fin y al cabo, la intención de Carrera era invadir Chile. Fue ascendido a coronel en 1822.
Al año siguiente intentó mediar entre el gobernador riojano Nicolás Dávila y la legislatura; el defensor de ésta, Facundo Quiroga, aceptó la mediación, pero Dávila la rechazó. Esa actitud llevó a la batalla de El Puesto, que llevaría al gobierno riojano a Facundo Quiroga.
Apoyó la revolución que llevó al poder a su amigo, el general José Albino Gutiérrez, y colaboró en su gobierno. Cuando éste fue derrocado por una revolución dirigida por Juan Lavalle y Juan de Dios Correas, se marchó a Buenos Aires.
En Buenos Aires se hizo amigo del líder federal Manuel Dorrego. Por influencia de éste y de su primo, el gobernador de Mendoza Juan Rege Corvalán, fue electo diputado al Congreso Nacional en 1826. Se incorporó al mismo poco después de la sanción de la constitución unitaria, y se unió al círculo federal que dirigía Dorrego.
Cuando cayó el gobierno de Bernardino Rivadavia y el Congreso fue disuelto, el nuevo gobernador Dorrego lo nombró su edecán. A mediados de 1828 fue enviado a Santa Fe, donde fue diputado por Mendoza al Congreso federal, que terminó siendo una especie de asamblea consultiva. Como los demás miembros del mismo, condenó enérgicamente el derrocamiento y muerte de Dorrego por el general Lavalle. Fue el jefe de estado mayor del ejército de Estanislao López, con el que éste atacó a Lavalle y lo derrotó en la batalla de Puente de Márquez. Quedó en Buenos Aires, junto al nuevo líder federal, Juan Manuel de Rosas. Cuando éste fue elegido gobernador, lo nombró su edecán.
Acompañó a Rosas en la campaña contra la Liga del Interior en 1831. De regreso fue nombrado diputado por Mendoza a la convención de Santa Fe, y en su nombre firmó el Pacto Federal en 1832.
Participó en la Campaña al Desierto de 1833, ocupando la famosa isla de Choele Choel sobre el río Negro con su regimiento.
Fue nuevamente edecán en la segunda gobernación de Rosas, que en 1837 lo ascendió a general. Asistió por años al Restaurador, ayudándole en las representaciones oficiales, en el control de la formación militar, en el campamento de Santos Lugares y en sus funciones diarias de gobierno. En sus últimos años fue diputado provincial; pero, dado que seguía siendo edecán del gobernador, casi no asistió a las sesiones