Las cuentas difieren sobre el lugar y la fecha de nacimiento de Sebastian Cabot. El historiador James Williamson revisó la evidencia de varias fechas dadas en la década de 1480 y concluyó que Sebastian nació no más tarde de 1484, el hijo de John Cabot, un ciudadano veneciano acreditado con orígenes genoveses o Gaetan por nacimiento, y de Mattea Caboto, también veneciano .
Más tarde en la vida, el propio Caboto le dijo al inglés Richard Eden que nació en Bristol, y que viajó de regreso a Venecia con sus padres a los cuatro años de edad, regresando de nuevo con su padre, por lo que se pensó que era veneciano. ] En otro momento, le dijo al embajador veneciano en la corte de Carlos V, Gasparo Contarini (quien lo anotó en su diario), que él era veneciano, educado en Inglaterra. [1] En 1515, el amigo de Sebastián, Peter Martyr d'Anghiera, escribió que Cabot era veneciano por nacimiento, pero que su padre (John Cabot) lo había llevado a Inglaterra de niño. [1] Su padre había vivido en Venecia desde 1461, cuando recibió la ciudadanía (que requirió 15 años de residencia) en 1476. La familia Caboto se mudó a Inglaterra en 1495 si no antes.
Sebastián, su hermano mayor Ludovico y su hermano menor Santo fueron incluidos por su nombre con su padre en la patente de las letras reales del rey Enrique VII de marzo de 1496 autorizando las expediciones de su padre a través del Atlántico. Algunos historiadores, entre ellos Rodney Skelton, creen que todavía eran menores de edad, ya que no fueron mencionados en la patente de 1498 que su padre también recibió. Juan Caboto navegó desde Bristol en el pequeño barco Matthew y llegó a la costa de una "Terranova" el 24 de junio de 1497. Los historiadores han diferido en cuanto a dónde Cabot aterrizó, pero dos ubicaciones probables a menudo sugeridas son Terranova y Nueva Escocia.
Caboto se casó con Joanna (más tarde grabada como Juana en documentos españoles). Tenían hijos antes de 1512, el año en que ingresó al servicio en España. Ese año había regresado a Londres para traer a su esposa y familia a Sevilla. Para el 14 de septiembre de 1514, su esposa habia fallecido, entre sus hijos habia un hija de nombre Elizabeth la que fallecfio en 1533
En España, Caboto volvió a casarse, en 1523, con Catalina de Medrano, viuda del conquistador Pedro Barba y no se sabe si el matrimonio produjo descendientes, pero debido a los testamentos de Catalina (1547) como de Sebastián (1548) que nombran a las sobrinas de Catalina como sus herederas, es poco probable que en el momento de la muerte de Catalina la pareja tuviera hijos sobrevivientes de su matrimonio. Catalina murió el 2 de septiembre de 1547
Uno de los exploradores que habla sobre la sierra de plata y el rey blanco por primera vez es, Luis Ramírez en 1528 (tripulante de la armada de Sebastián Caboto). Escribió el 10 de julio de 1528 a sus padres una extensa Relación de viaje que despachó a España desde San Salvador, en busca de ayuda. Manifestándose de la siguiente manera:
Esta es gente muy ligera; mantiénense de la caza que matan y en matándola, cualquiera que sea, la beben la sangre, porque su prinçipal mantenimiento es, a causa de ser la tierra muy falta de agua. Esta generación nos dio muy buena relación de la sierra y del Rey Blanco, y de otras muchas generaçiones disformes de nuestra naturaleza, lo cual no escribo por parecer cosa de fábula, hasta que placiendo a Dios Nuestro Señor, lo cuente yo como cosa de vista y no de oídas.
Sierra de la Plata (‘montaña llena de metal plata’), fue una legendaria idea de tesoros de plata que se creía estaba en el interior de Sudamérica. La leyenda se alimentaba por el uso de objetos en plata que veían en los pueblos originarios de la región. La leyenda estaba asociada con la del Rey Blanco.
El relato con el descubrimiento de Alejo García llegó a la costa del Brasil llegando a los oídos del navegante veneciano Sebastián Caboto. (Llegados a Pernambuco, se detienen varios días, entablando Caboto largas y secretas conversaciones con los jefes de la factoría portuguesa allí instalada. Poco a poco va apareciendo el resultado. Allí, Caboto se enteró de que el río de Solís ―al que algunos ya llamaban Río de la Plata―, conducía a regiones pródigas en riquezas, dominadas por el legendario rey Blanco), en ese momento en ruta hacia las Molucas, fondeada en Pernambuco.
Al oír las aventuras de García cambia su proyecto y decide dirigirse a la comarca de las riquezas. Aproximadamente en 1526 ancló en el cabo de Santa María (actualmente Punta del Este) donde hizo construir una embarcación que pudiera navegar el Mar Dulce. Recibió la visita del ahora experto en lengua guaraní y conocedor de la región, Francisco del Puerto quien se ofrece a conducirlos.
En el estuario, en 1527, fundó el Puerto de San Lázaro (actualmente San Lázaro). Estaba hecho con techos de paja y postes de madera.
Cuatro años más tarde, la flota de Hernando de Magallanes costea el litoral de la actual provincia de Buenos Aires y descubre el estrecho de Todos los Santos el 21 de octubre de 1520.
Pero recién, en mayo de 1527, Sebastián Caboto, se interna en el Río Paraná y funda el fuerte Sancti Spiritus; luego regresa en 1530 a España, llevando consigo la leyenda de «La sierra de Plata y las tierras del Rey Blanco». Esta leyenda fue la que indujo a Carlos I a financiar la expedición ultramarina de Pedro de Mendoza en 1536.
Existe una teoría que antes que Solís arribaron Vicente Yáñez Pinzón y Américo Vespucio a esta zona en 1512. Solís llegó a esta zona en febrero de 1516 dándole el nombre de Mar Dulce a la zona creyendo que comunicaba con el Pacífico que en 1513 descubrió Balboa.
Nunca hubo evidencia alguna de ser realidad tal montaña rica en vetas de plata. Lo más cerca al mito es el famoso Cerro Rico de Potosí en Bolivia.
La República Argentina tomó su nombre del vocablo latino para plata: argentum
Alrededor de 1512 trabajó para el rey Enrique VIII de Inglaterra como cartógrafo en la localidad de Greenwich.
Ese mismo año viajó a España, siendo nombrado capitán por el rey Fernando II de Aragón. En 1517, muerto el monarca, regresó a Inglaterra, donde trató infructuosamente de obtener del almirantazgo la financiación para una nueva expedición al Océano Atlántico. En 1522 estuvo nuevamente al servicio de la Corona Hispánica como miembro del Consejo de Indias, con el grado de piloto mayor.
Ofreció secretamente sus servicios a la República de Venecia para organizar una expedición en búsqueda del paso noroeste hacia China.
Aquí tuvo conocimiento, por boca de náufragos, de la anterior expedición española de Juan Díaz de Solís de 1516 y de la existencia de grandes yacimientos de oro y plata. Caboto llegó hasta la boca del Río de la Plata y lo exploró hacia el interior. La anchura del río hizo que lo tomara por el deseado paso hacia el oeste. Desembarcó a sus lugartenientes Francisco de Rojas, Martín Méndez y Miguel de Rodas y exploró el río Paraná hasta los saltos de Yacyretá-Apipé, que no pudo franquear.
Encontrándose el 6 de abril 1527 en la costa oriental del Río de la Plata -en donde hoy se halla el Parque Anchorena en el actual departamento de Colonia en Uruguay en la boca de un río que denominó San Lorenzo y hoy llaman de San Juan, enfrente de la actual Ciudad de Buenos Aires- metió dentro tres de sus embarcaciones, enviando la cuarta con el capitán Juan Álvarez Ramón a reconocer el río Uruguay, que desemboca allí, y a buscar un buen puerto. Mientras tanto edificó una casa de paja circundada de palizada, en el sitio al cual llamó puerto de San Lázaro para custodiar las embarcaciones y efectos que le podían impedir una defensa eficaz ante los indios del lugar.
En este lugar se ubicó el primer asentamiento de los españoles en Uruguay y en el Río de la Plata, una pequeña fortificación de muy corta vida, construida por orden de Sebastián Caboto.
En honor a Gaboto, Aarón de Anchorena erigió una torre de piedra de 75 metros a la cual se asciende a través de 320 escalones y que proporciona una vista excepcional de la región, incluyendo la vista de la costa argentina y de edificios de la Ciudad de Buenos Aires. Al excavar el lugar para cimentar la torre se encontraron restos de esos asentamientos españoles que se conservan en el museo ubicado en la misma torre.
El 9 de junio 1527 construyó un segundo fuerte en la desembocadura del río Carcarañá en el río Paraná, a unos 50 km al norte de la actual ciudad de Rosario, al que dio el nombre de Sancti Spiritu. Este fue el primer establecimiento español en lo que hoy día es la República Argentina. Cerca de su ubicación se levantó después el pueblo de Gaboto, en la provincia de Santa Fe, para conmemorar el hecho.
En 1528 viajando por el río Paraguay, llegó hasta la altura del río Pilcomayo, por lo que es considerado el primero que navegó sus aguas y por ello se lo conoce como descubridor del Paraguay por agua, cuatro años después de su descubrimiento por tierra por Alejo García en 1524.
En agosto de 1530, Caboto regresó a España, donde fue juzgado por el abandono de la expedición y fue deportado el 1 de febrero de 1532 a Orán. Después de un año fue perdonado por el rey Carlos I y volvió a Sevilla, permaneciendo como piloto mayor hasta 1547, año en que regresó a Inglaterra, donde el rey Eduardo VI le concedió una pensión vitalicia y lo nombró gran piloto del reino.
En 1551, junto con Hugh Willoughby y Richard Chancellor fundó y dirigió la «Mystery and Company of Merchant Adventurers for the Discovery of Regions, Dominions, Islands, and Places unknown» («Misterio y Compañía de aventureros mercantes para el descubrimiento de regiones, dominios, islas y lugares desconocidos»), una compañía de carácter mercantil, que tenía como principal mecenas a John Dudley, I duque de Northumberland y que centró su quehacer en la búsqueda de una ruta marítima hacia Rusia y Asia por el noreste.
Esa compañía de comerciantes exploradores protagonizó el primer viaje a través del Ártico, una expedición de tres barcos liderada por Hugh Willoughby en 1553-54, en la que Willoughby perdió la vida tras haber descubierto el archipiélago de Nueva Zembla. En ese mismo viaje participaba asimismo Richard Chancellor, que se había extraviado en el mar Báltico y a bordo del buque Edward Bonaventure encontró la entrada del mar Blanco y consiguió echar anclas en el puerto de Arkhangelsk. Cuando el Zar Iván el Terrible tuvo conocimiento de ello, lo llamó a Moscú y Chancellor logró abrir una nueva ruta comercial con Moscú que favorecía el intercambio entre Inglaterra y Rusia. A su regreso a Inglaterra, la compañía se transformó entonces en la Muscovy Company of Merchant Adventurers (o Compañía de Moscú) y Chancellor hará un nuevo viaje en 1555-56 a Moscú. A su regreso perdió la vida en un naufragio.
No se tiene seguridad de la fecha de la muerte de Caboto, ni de lo sucedido con él.
Los diarios de los viajes de Gaboto se extraviaron. Todo lo que se conserva de su trabajo personal es un mapamundi dibujado en 1544. Una copia fue encontrada en Baviera y se halla en la Biblioteca Nacional de París. Este mapa es muy importante porque clarifica lo descubierto en el primer viaje de su padre, Juan Caboto, a las costas de Norteamérica