Bernardo Grinspun tuvo militancia universitaria reformista en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Una vez recibido integró en 1956 la Junta Normalizadora de la UBA en representación de los graduados.
Grinspun adhirió a los principios de la economía desarrollista tal como venía siendo desarrollada por la CEPAL y en particular por Raúl Prebisch. Durante el gobierno del Presidente Arturo Illia fue parte del equipo del Ministro de Economía Eugenio Blanco. En 1964 fue uno de los elaboradores y firmantes de la Carta de Alta Gracia, emitida por la Comisión Especial de Coordinación Latinoamericana (CECLA), como instancia previa a la Primera Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD I). Dicho instrumento fue uno de los puntales de la Teoría de la Dependencia y fue suscripto por 19 países latinoamericanos que denunciaron el carácter discriminatorio de la estructura del comercio internacional como el factor responsable de la vulnerabilidad de los países en vías de desarrollo.
Luego del golpe militar de 1966, que derrocara al Presidente Illia e instaurara una dictadura denominada Revolución Argentina, Grinspun fue parte del grupo inicial liderado por Raúl Alfonsín, al que también pertenecían Roque Carranza, Germán López, y Raúl Borrás, entre otros. En 1972 ese grupo se asociaría a la Junta Coordinadora Nacional para crear el Movimiento de Renovación y Cambio, dirigido por Alfonsín, como ala progresista de la Unión Cívica Radical, opuesta a la Línea Nacional, dirigida por Ricardo Balbín. Ese mismo año, fue uno de los redactores de la Plataforma Electoral de 1972 de sus partido realizada junto con Sergio Karakachoff, Germán López y Roque Carranza. Luego del golpe militar del 24 de marzo de 1976 que instauró la dictadura llamada Proceso de Reorganización Nacional, Grinspun se mantuvo políticamente activo a pesar de la prohibición de la política dispuesta por el gobierno militar y fue parte del Comité de Redacción de la revista política Propuesta y Control, dirigida por Alfonsín.
Al retornar la democracia en 1983, el presidente electo Raúl Alfonsín (1983-1989) lo designó como Ministro de Economía, cargo que desempeñó hasta 1985. Al asumir el cargo la Argentina enfrentaba una seria crisis de la deuda externa que se extendía a los principales países de América Latina. Grinspun, bajo órdenes de Alfonsín y en consonancia con el Canciller Dante Caputo, ejecutó una política de confrontación con el Fondo Monetario Internacional, ordenando auditar la deuda externa y con el fin declarado de declarar la nulidad de la deuda ilegítima. En su segundo año se tomó la decisión de no realizar pagos financieros al exterior hasta el 30 de junio de 1984 En ese marco -y luego que el gobierno especulara con la opción de que en el corto plazo, países importantes como Brasil entraran en un proceso de cesación de pagos, y así le otorgara a la Argentina una mayor capacidad de negociación-, se intentó “regionalizar” la cuestión de la deuda que terminaría en la conformación del llamado "Club de Deudores" que intentó tomar forma con el Consenso de Cartagena. La presión de los acreedores, el FMI y los Estados Unidos, logró hacer fracasar estas iniciativas.3 El peso de la deuda externa y el desequilibrio macroeconómico resultaron abrumadores, el déficit público durante fue constante convirtiéndose en un problema grave: 1984, 10,5%; 1985, 7,7%. ni evitar la caída de la inversión bruta fija que fue del 9 %, producto de una baja. Tampoco se logró la estabilidad monetaria ni se alcanzó el equilibrio en las cuentas públicas. En este sentido, el desequilibrio fiscal llegaba al 12,5% del mismo), incluso con una caída del gasto corriente y de capital del 12 % en promedio, que se sustentaba, entre otros factores, en un deterioro salarial de los empleados estatales, la reducción de la inversión pública y la postergación del pago a los proveedores, aspectos que repercutieron de manera desfavorable sobre el resto de la economía.
En junio de 1985, Alfonsín avisó que se implementaba una economía de guerra. Un decreto de necesidad y urgencia engendró el Plan Austral. Se congelaron precios salarios y tarifas, se congeló el tipo de cambio .Se prometió un achique brutal del déficit fiscal del 11% del PBI al 4% a fin de año para quebrarle el espinazo a la inercia inflacionaria. El Plan no podía sostenerse porque no se lograban alcanzar los equilibrios macroeconómicos, mientras aumentaban las pujas distributivas y los servicios de la deuda imponían una carga insoportable sobre el presupuesto y el balance de pagos. Como el Tesoro no generaba el superávit primario necesario, aumentó su endeudamiento con el Banco Central. La política monetaria era así restrictiva hacia la actividad interna y expansiva respecto del Tesoro. El resultado fue el aumento de la tasa de interés. que llevarian a la posterior crisis de hiperinflación que marcó la caída del gobierno radical hacia 1989, la situación se volvió totalmente incontenible, donde el índice de precios superó 3000%.. El enfrentamiento de Grinspun con el FMI ha sido reflejado en una anécdota cierta en la cual aquel le dice al enviado del organismo internacional: "¿Querés que me baje los pantalones?, me los bajo", y procedió literalmente a bajarse los pantalones.
Como Ministro de Economía, Bernardo Grinspun implementó un fuerte control de las tarifas de los servicios públicos y políticas públicas como el Plan Alimentario Nacional (PAN), y el control de un tipo de cambio alto. Este último plan consistió términos generales en el reparto mensual de cajas de alimentos a familias de escasos recursos (las Cajas PAN).7El padrón con que se construyó el PAN resultó ineficientemente realizado; la información adicional que aportaban los municipios resultó sospechada de haber sido conformada con criterios políticos partidistas. El operativo constó de dos mil personas, que se proponían llevar alimentos a cuatro millones de beneficiarios.7Durante 1985 se suscitaron denuncias de corrupción en torno del manejo del programa. En Tucumán se denunció la repartija de cajas PAN a cambio de votos radicales antes de la elección de 1985.
El agotamiento del modelo de sustitución de importaciones,[cita requerida] así como la oposición activa de los grupos de poder, determinaron el fracaso del plan económico de Grinspun. La inflación, que 15 meses después de haber asumido había alcanzado una tasa de 626%, marcó el fin de su gestión, siendo reemplazado en el cargo por Juan Vital Sourrouille. A su vez Grinspun pasó a desempeñar el cargo dejado por el nuevo ministro, la Secretaría de Planificación Económica. En ejercicio de este cargo, en 1987 Grinspun fue elegido por aclamación de los países miembros de las Naciones Unidas como presidente del Comité de Alto Nivel para la Cooperación Técnica entre los Países en Desarrollo, donde enfatizó que la prolongada crisis financiera y económica de los países en desarrollo hacía aún más necesario que en el pasado los compromisos mutuos. Bernardo Grinspun falleció el 11 de octubre de 1996. Al momento de morir su única propiedad era un departamento en el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires.