Biografias de letra G
Gaboto Sebastián Gabrielli Rodolfo Gache Pirán Belisario Gaito Constantino Vicente Galíndez Ismael Faustino Gallardo Ángel Gallardo Sara Gallo María Rosa Gallo Mario Gallo Nicolás Vicente Gallo Pedro León Díaz Gallo Santiago Gallo Vicente Carmelo Galtieri Leopoldo Fortunato Galván Elías Gandulfo Petrona Carrizo De García Francisco Lucio García Juan Agustín García Enrique B. García Buhr Arturo García Del Molino Fernando García Martínez Carlos García Mérou Martín García Solá Manuel García Velloso Enrique Gardel Carlos Garré Nilda Garro Juan M Garzón Eugenio Gascón Esteban Agustín Gatica José María Gálvez José Gálvez Juan Gálvez Manuel Gálvez Oscar Alfredo Gómez Indalecio Gómez Alejandro Gómez José Valentín Gómez Julio Arnaldo Gómez Ramón Gómez Morales Alfredo Güemes María Magdalena Dámasa (Macacha) Güemes Martín Miguel De Güiraldes Ricardo Gelly Y Obes Juan Andrés Gelly Y Obes Carlos María Gelman Juan Genta Giordano Bruno Gerchunoff Alberto Giannettasio Graciela Giavarini Alejandro Bautista Gil Lavedra Ricardo Gilbert Alberto Ginastera Alberto Evaristo Girondo Oliverio Gnavi Pedro Alberto José Godoy Enrique Godoy Cruz Tomás González Lucas González Severo González Antonio Erman González Elpidio González Joaquín Víctor González Balcarce Antonio González Balcarce Diego González Balcarce Marcos González García Ginés Gorostiaga José Benjamín Gorostiza Carlos Gorriti José Ignacio De Gorriti Juan Ignacio Gorriti Juana Manuela Gotelli Luis María Gould Benjamin A Goyena Miguel Goyena Pedro Goyeneche Roberto Granillo Ocampo Raúl Grierson Cecilia Grinspun Bernardo Groppo Pedro Juan Groussac Paul Gudiño Kieffer Eduardo Guerrero María Guevara Tristán Enrique Guevara De La Serna Erenestro (Che) Guido Beatriz Guido Jose María Guido Rufino Guido Tomas Guido Y Spano Carlos Gurruchaga Francisco Gutiérrez Eduardo Gutiérrez José María Gutierrez Juan María Gutierrez Ricardo Guzzetti César Augusto

Carlos Guido Y Spano

Carlos Guido y Spano poeta argentino cultor del romanticismo, hijo del general Guido y de Pilar Spano.
Carlos  Guido y Spano
Carlos Guido Y Spano

Biografía

Hijo ilustre del General Guido y de doña Pilar Spano, distinguida dama chilena, se conjugaron felizmente en don Carlos Guido y Spano el austero talento del padre y la gracia poética de la madre. La elevación espiritual de ese ejemplar arraigó en el hijo tanto más hondamente cuanto que éste sentía verdadera devoción por sus padres.

Había nacido en Buenos Aires el 19 de enero de 1827 y aquí mismo transcurrió su infancia y cursó los primeros estudios, hasta que en 1840 su padre, que desempeñaba la embajada de Río de Janeiro, lo llevó a su lado junto con el resto de la familia. Allí empezó a despertar en él, en plena adolescencia, la afición a las letras, las artes y todo lo bello. Contaba 19 años cuando hace un romántico y breve retorno a la patria. En 1848, enviado a París porque su hermano Daniel se encontraba allí enfermo, tuvo la gran pena de conocer a su arribo, la noticia de la muerte de éste. Luego del espectáculo de la revolución de aquel año, había de distraer su dolor templando su espíritu liberal y afinado su exquisita cultura políglota.


Vuelto a Río y mimado de aquella sociedad, se mezcla a los círculos intelectuales en los que también es muy estimado. De nuevo viaja a Europa visitando esta vez primero Inglaterra, por cuya democracia manifiesta gran admiración, y después a Francia, en cuyas luchas participa quijotescamente. Y en 1852 regresa al país para ser testigo de la revolución de Septiembre. Se mantiene al margen de los acontecimientos políticos, dedicándose por entero a la labor literaria hasta que toma parte de la defensa de Buenos Aires como ayudante del general Pacheco en la revolución de Lagos. Pero casi enseguida debe partir hacia Montevideo siguiendo a su padre que había sido desterrado.

Ya restablecida la Paz, cuando el doctor Derqui ocupa la presidencia, lo nombra subsecretario del departamento de Relaciones Exteriores. Nuestro poeta renuncia al cargo en octubre de 1861 y nuevamente va a refugiarse en Montevideo. Sobreviene para él una época de mezquina lucha por la vida que pone a prueba su natural optimismo y despreocupación de las cosas materiales. Debe volver incluso a Brasil, patria de sus primeros sueños juveniles, en misión comercial. Retorna allí al grupo de sus viejas amistades, pero el artista de alma, un si es no es bohemia, no está hecho para esta clase de empresas, y helo otra vez en patria, entre sus libros y versos, en medio de penurias económicas con la sola compensación de los afectos familiares. En poco tiempo pierde a sus padres. Asola la ciudad la fiebre amarilla de 1871, y con infinita abnegación y simpatía humana Guido y Spano se alista como primer soldado en la cruzada defensiva. Pierde también a la esposa. Tantos dolores acumulados parecen deprimirlo profundamente. Pero logra recomponerse y en 1872, siendo ministro de Avellaneda, le confía la Secretaría del Departamento Nacional de Agricultura de reciente creación. Desarrolla allí una proficua labor de dos años y ha de dejar el puesto para correr a la defensa del gobierno en la abortada revolución del 74´.

Algún tiempo después pasa a la dirección del Archivo General de la Provincia y desempeña también la vocalía del Consejo Nacional de Educación. Al fin, acogido a los beneficios de la jubilación, se retira a la vida privada. Pero se afirma cada día su fama literaria y crece su popularidad alimentada por su natural hidalguía, generosidad y exquisitas dotes de conservador. Murió ya muy anciano el 25 de julio de 1916, habiendo conservado hasta los últimos tiempos toda la frescura y juventud de su espíritu, rodeado de jóvenes y viejos que lo visitan y consultan como al más respetado patriarca de las letras. Grandes homenajes oficiales y populares se rinden en su tumba.

Fue Guido y Spano un delicadísimo poeta que amalgamó con sello muy personal, el sentido moderno de su poesía con un clásico equilibrio en la expresión de los sentimientos más tiernos y la contemplación casi pagana de la belleza. Se inicia como poeta publicando algunas composiciones en 1854, en la "Revista el Paraná", más tarde publica Ecos Lejanos y en 1871 Hojas al viento. Hay entre sus poemas verdaderas piezas de antología como Myrta en el baño y En los guindos. Cantó con particular ternura los afectos del hogar en At Home, A mi hija María del Pilar y muchas otras.

No es menos notable su prosa elegante y limpia. A la par que deliciosas descripciones desenvuelve con admirable humor, mitad sajón y mitad latino, sagaces reflexiones y juicios certeros. Su principal obra de prosista está contenida en Ráfagas, publicado en 1879. Llama la atención muy especialmente la carta autobiográfica.