Se recibió de abogado en la Universidad de Chile. De regreso a Mendoza, fue legislador y secretario de hacienda. En 1862 fue electo diputado nacional y acompañó la política del presidente Bartolomé Mitre. Éste lo nombró Ministro de Hacienda en septiembre de 1863, para suceder a Dalmacio Vélez Sarsfield; ocupó ese cargo hasta el final del mandato de Mitre, a fines de 1868. Su gestión se limitó a conseguir financiación internacional por medio de créditos para sostener las guerras civiles y la Guerra del Paraguay.
Volvió a ocupar una banca en la Cámara de Diputados hasta 1875, en que volvió a ocupar el Ministerio de Hacienda en la gestión de Nicolás Avellaneda. Lo hizo en medio de una crisis económica y financiera muy profunda; cuando dejó el cargo, a mediados del año siguiente, la situación económica general había mejorado, pero las finanzas de la Nación seguían sin encontrar su rumbo.
En octubre de 1879, el presidente Avellaneda lo volvió a llamar, para dirigir el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Su gestión no se destacó en ningún aspecto particular. Renunció durante la crisis del año siguiente, causada por la revolución de Carlos Tejedor, para no firmar decretos que atacaran la figura de Mitre.
Posteriormente se dedicó a las finanzas y fue gerente del Ferrocarril Central Entrerriano. Tras la crisis de 1890 se instaló en Italia, donde falleció en 1908. Su amigo Victorino de la Plaza repatrió sus restos.