Gatica nació en la ciudad de Villa Mercedes (en la provincia de San Luis), pero a los siete años su familia se mudó a Buenos Aires. Extremadamente pobre, desde niño Gatica trabajó como lustrabotas en Plaza Constitución; la habilidad adquirida en las peleas callejeras para mantener su puesto en la estación de trenes atrajeron la atención de un comerciante local, Lázaro Koczi, que tenía vínculos con el boxeo.
Le ofreció participar por dinero en los combates irregulares que se celebraban en The Sailor's Home, el alojamiento para marineros sin trabajo de la misión británica, donde se apostaba en breves combates a tres rounds. Tras unos cuantos combates exitosos, Koczi le propuso dedicarse al boxeo profesional. Hasta ese momento, Gatica había compaginado el ring con su puesto de lustrabotas en Constitución.
El 7 de diciembre de 1945 tuvo su primer combate profesional, en el que noqueó en el primer asalto a Leopoldo Mayorano. Ganó dos peleas más en ese mes, un ritmo casi sin precedentes. Ya con algo de fama, en 1946 haría siete combates, ganándolos todos; en uno de ellos se enfrentó con quien sería su archirrival, Alfredo Prada, con el que se encontrarían cinco veces más en el ring, con resultados igualmente divididos, y quitándose mutuamente el invicto.
El perfil popular y el indudable carisma de Gatica, un boxeador agresivo y ambicioso, espectacular sobre el ring, atrajeron la atención del público. Se granjeó el aprecio de los asistentes a la tribuna popular, que lo apodaron el Tigre por la furia que mostraba en el combate; los aficionados de clase alta, que concurrían al ring-side, deploraban en cambio su falta de clasicismo. A ellos se debe el apodo de el Mono, caricaturizando su color de piel y sus facciones.
El entonces presidente Juan Domingo Perón le había mostrado aprecio; en una ocasión en que pidió que se lo presentasen, Gatica, con desparpajo, lo saludó con una frase que se haría famosa: General, dos potencias se saludan.
Perón, aficionado al boxeo, apoyó el primer y único viaje de Gatica a los Estados Unidos en busca de un título mundial; la gira comenzó con éxito, derrotando por nocaut en el cuarto asalto a Terence Young. Gracias a ello, el campeón mundial de la categoría, Ike Williams, le ofreció un combate sin poner en juego el título en el Madison Square Garden de Nueva York; el combate, celebrado en 1951, se resolvió muy rápidamente con un encadenamiento de golpes de Williams, que terminaría con un nocaut técnico después de que Gatica haya caído tres veces a la lona en el primer asalto, Ike aprovecho un exceso de confianza del boxeador argentino.
Regresó a la Argentina sin contar ya con el favor oficial. El 16 de septiembre de 1953 se encontró por sexta vez a Alfredo Prada, a quien había derrotado ya en tres oportunidades; en el primer round, un cabezazo de su adversario le fracturó el maxilar inferior, pero Gatica rechazó la ayuda médica y siguió combatiendo cuatro asaltos más, hasta que el médico declaró el KOT (nocáut técnico) en el quinto asalto. Sería la última pelea importante de Gatica, que abandonó el boxeo dos años más tarde.
Al producirse el golpe de Estado contra Juan Domingo Perón, se instaura la dictadura autodenominada Revolución Libertadora, por lo que su último combate pugilístico lo hizo contra Alfredo Prada, el 16 de septiembre de 1955.
En 1955, la Revolución Libertadora le quitó la licencia y lo obligó a pelear clandestinamente en el Gran Buenos Aires y en el interior del país, siempre a estadio lleno.
En julio de 1956 peleó contra un bahiense desconocido, Jesús Andreoli. Cuando Gatica ganó por abandono en el cuarto round, llegó la policía con la intención de prohibir el espectáculo por carecer de licencia para boxear.
Sin rédito alguno de las ganancias obtenidas, y al estar prohibido, dejó de tener ingresos y trabajo. Gatica volvió a la pobreza de su infancia; vivió en una villa miseria con su segunda mujer y los dos hijos del matrimonio, trabajando irregularmente y dependiendo en buena medida de la beneficencia.
Conocedor de esta situación Mario De Noia un reconocido Martillero de Buenos Aires, propietario de la firma De Noia S.A. que luego sería De Noia Hijo S.A., le regaló una quinta para que viviera él con su familia, hecho documentado por el antiguo Canal 7. En alguna ocasión su antigua fama le granjeó trabajo, como en un encuentro de catch organizado por la troupe de Martín Karadagián , en que el Gatica fingió una derrota con Karadagián, no sin recibir un fuerte castigo por parte del catcher que ―enojado por algún puñetazo dado por Gatica― le provocó una lesión en el tobillo de la que Gatica no se recuperaría totalmente. A fines de los años cincuenta atrajo brevemente la atención del público cuando sus escasos bienes se perdieron en una inundación.
El 12 de noviembre de 1963, a los 38 años de edad, viniendo de un partido de fútbol en la cancha de Independiente ―a donde había ido a vender muñequitos de colores en la calle Herrera esquina Pedro de Luján fue atropellado por un colectivo de la línea 295 conducido por Antonio Cirigliano (tío de los actuales empresarios del transporte de Buenos Aires).
Falleció dos días después por las heridas producidas.
Su vida y su legado en el boxeo inspiró la película Gatica, el Mono del cineasta y cantautor argentino Leonardo Favio.11
Después de cincuenta años en el "panteón de los boxeadores" del Cementerio de la Chacarita, el 24 de mayo de 2013 sus restos fueron trasladados y depositados en un monumento erigido en Villa Mercedes, su ciudad natal. Como reconocimiento al púgil, el féretro fue colocado en posición vertical.