En 1799 ingresó al Colegio de Monserrat, en Córdoba, donde se ordenó de presbítero. Luego obtuvo el título de «maestro en artes» (filosofía) en la Universidad de San Carlos. Al volver a su provincia ocupó distintos puestos eclesiásticos.
El 19 de junio de 1815 participó en el Cabildo abierto que estudió el Estatuto Provisional. En 1816, mientras se hallaba al frente del curato de su ciudad, fue elegido diputado al Congreso de Tucumán, en el cual llegó a ocupar la vicepresidencia en 1816 y la presidencia en 1819. Tuvo una destacada participación por sus conocimientos y eficacia, interviniendo con entusiasmo en los debates y comisiones; y firmando la declaración de independencia de la Argentina el 9 de julio de 1816. Cuando el congreso se trasladó a Buenos Aires fue electo para ejercer la presidencia en turno del cuerpo. Tuvo una participación muy activa al tratarse la Constitución unitaria de 1819. Al disolverse el Congreso en 1820 regresó a Santiago e intervino en el movimiento autonomista de la provincia de ese año y desempeñó el ministerio durante el gobierno de Juan Felipe Ibarra. En 1821 firmó el tratado de paz entre Tucumán y Santiago del Estero en Vinará, junto con Pedro Miguel Aráoz de Tucumán y José Andrés Pacheco de Melo de Córdoba.
A pesar de haber sido elegido diputado al Congreso Constituyente de 1826, no formó parte de éste pues viajó a Salta, sede de la diócesis santiagueña, a optar por el concurso al curato de su ciudad natal. También desempeñó el cargo de diputado provincial, donde ejerció mucha influencia por su larga práctica en la vida pública.
En 1838 el gobernador Ibarra le encargó el gobierno de la diócesis de Santiago, lo que motivó un conflicto eclesiástico con el Cabildo de Salta que nombró para Vicario Capitular en sede vacante al doctor Figueroa. Ocupó por largo tiempo, el puesto de vicario foráneo. Cuando Manuel Taboada tomó el gobierno por una revolución contra su primo Mauro Carranza, el 1 de octubre de 1851, se fugó hacia Tucumán para ponerse a salvo, pero perseguido por gente de Taboada fue tomado preso por estos en Antajé, departamento Banda; y llevado de vuelta a su ciudad, donde sufrió torturas de sus adversarios. Puesto luego en libertad se dirigió a Tucumán donde murió.