Fue un sociólogo, historiador y jurisconsulto argentino, pilar de las ideas que avanzaron sobre el s. XX en el país.
En 1873 se graduó de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, con una tesis sobre la naturaleza del contrato y la letra de cambio.
Trabajó como juez del crimen en la provincia de Buenos Aires y en la capital desde 1877 hasta 1884.
Fundó con Luis María Drago la Sociedad de Antropología Jurídica, introduciendo en Argentina las teorías penales de la escuela positivista mediante conferencias como la titulada “Principios fundamentales de la escuela positiva de derecho” (1888). Miembro de la Unión Cívica y tribuno popular de la Revolución de 1890, fue también senador de la legislatura bonaerense hasta su muerte.
Su estudio sobre los orígenes sociales de su país ha sido su obra más trascendente, plasmada en los libros: