Apoyó la llegada al gobierno de Juan Domingo Perón y durante su gobierno miembro del directorio de la Flota Mercante Argentina, director del Banco Central de la República Argentina, embajador en Estados Unidos en 1948, en la Organización de los Estados Americanos en 1949, y en la Organización de las Naciones Unidas al año siguiente.
Nombrado ministro de Relaciones Exteriores por Perón en 1951, ocupó el cargo hasta 1955. Durante su mandato firmó tratados de comercio con varios países de América Latina, como por ejemplo Chile, Bolivia y Paraguay. Logró que la Organización de los Estados Americanos discutieran la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas. No tuvo participación, en cambio, en la misión del vicepresidente Alberto Teisaire a Londres, donde éste ofreció al gobierno británico la compra de las Malvinas fue uno de los impulsores del tratado ABC, en julio de 1953, impulsó el tratado de Unión Económica Chileno-Argentina. En ésta se procuraba ampliar el intercambio comercial mediante el aumento de los saldos exportables, la eliminación gradual de los derechos de aduana.
Durante la crisis entre Perón y la Iglesia Católica, pretendió mediar entre ambas partes, debido a su ferviente catolicismo. Fue quien llevó al gabinete al ministro Antonio Cafiero, de larga carrera política posterior.
Posteriormente se refugió en España junto con Perón, y ejerció como vínculo con agrupaciones peronistas de la Argentina, adonde viajaba frecuentemente. Fue el responsable del "operativo retorno" de Perón a la Argentina, que fracasó. Más tarde fue enviado por Perón a negociar con el recientemente electo presidente Arturo Illia, y fue el representante permanente de Perón en la Argentina hasta su fallecimiento, a fines de 1968.