Florentino Ameghino nació el 18 de septiembre de 1854 en Luján, provincia de Buenos Aires fue un científico autodidacta, naturalista, climatólogo, paleontólogo, zoólogo, geólogo y antropólogo de la Generación del 80 de Argentina.
Para sus trabajos científicos siempre contó con el apoyo de su hermano menor Carlos, y para financiarlos solo disponía de los escasos fondos obtenidos de su librería situada en la ciudad de La Plata. Fue también maestro de escuela y llegó a ser director del Colegio Municipal de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires. Fue profesor de zoología en la Universidad de Córdoba.
En 1886, Francisco P. Moreno lo nombró vicedirector y secretario del Museo de La Plata, asignándole la sección de Paleontología, que Ameghino enriqueció con su propia colección (que vendió al estado provincial). Pero fue poco el tiempo en que estos dos científicos trabajaron juntos. Finalmente fue director del Museo Nacional de Buenos Aires.
Como autodidacta, estudió los terrenos de la Pampa, coleccionando numerosos fósiles, en los que se basó para hacer numerosas investigaciones de geología y paleontología. También investigó el hombre cuaternario en el yacimiento arqueológico de Chelles.
Falleció en La Plata, a la edad de 57 años, el 6 de agosto de 1911, enfermo de diabetes y también por resistirse a una intervención quirúrgica. Sus restos se ubican en el Cementerio de La Plata.
El Director del Museo de La Plata, Francisco Pascasio Moreno, contrató en 1886 a Florentino Ameghino como Secretario Subdirector del Museo de La Plata y a su hermano menor Carlos Ameghino como naturalista de campo y Ayudante Preparador de Paleontología. Hacia 1887, tras exitosas expediciones de Carlos al río Santa Cruz que Florentino convirtió en la publicación de 122 nuevas especies, las ya arruinadas relaciones con Moreno terminaron en la expulsión de los hermanos del Museo de La Plata y la prohibición de ingreso a la institución. En los años siguientes las colectas continuaron con distintos colaboradores por ambos lados, pero en general, las libretas de campo contenían anotaciones con datos de localidades falsas o alterados de modo de evitar que dieran información a un eventual integrante del equipo rival.
Florentino Ameghino realizó una obra científica y literaria
que se describe como monumental y que es un claro exponente cultural que llevó
a cabo la Generación del Ochenta en Argentina.
La antigüedad del hombre en el Plata y Los mamíferos fósiles
en la América Meridional, que se tradujo más tarde al francés, fueron
publicadas en 1878.
En 1884 editó Filogenia, una obra teórica en la que
desarrolló su concepción evolucionista, de neto corte lamarckiano, y propició,
con intuición precursora, la fundación de una taxonomía zoológica de
fundamentos matemáticos.
Poco después tuvo Cátedra de Zoología de la Universidad de
Córdoba. Fue integrado a la Academia Nacional de Ciencias con sede en dicha
ciudad.
Un año después presentó en las Actas de la Academia Nacional
de Ciencias su obra magna, compuesta por 1028 páginas y un atlas: Contribución
al conocimiento de los mamíferos fósiles de la República Argentina. Esta
inmensa obra de 1889 le valió la medalla de bronce en la Exposición Universal
de París. También aportó Filogenia, principios de clasificación transformista
basados sobre leyes naturales y proporciones matemáticas, que lo ubicó entre
las pocas figuras mundiales del enfoque paleontológico del evolucionismo en la
biología.
A fines del siglo XIX cuando el sistema de lagunas
Encadenadas comenzó a secarse, Ameghino y otros estudiosos de la época habían
advertido sobre la necesidad de resolver el problema de las grandes sequías
mediante una sistema de canalizaciones que permitiese retener en la región
volúmenes de agua excedentes en los períodos ricos. Esto quedó plasmado en su
libro Las secas y las inundaciones en la Provincia de Buenos Aires,
contemplando la derivación de las aguas dulces excedentes hacia zonas bajas
para crear reservorios (que servirían de recargadores del acuífero Puelche o
reserva en épocas de sequía), la forestación de las orillas de cursos fluviales
y de zonas afectadas por la erosión, la piscicultura intensiva en los embalses
a crear, y la posibilidad de construcción de una red de canales navegables con
esclusas de navegación para el transporte a bajo precio mediante gabarras de
las producciones regionales.
Cerró esta etapa de su vida en 1906 con Formaciones
sedimentarias del Cretáceo Superior y del Terciario de Patagonia, una obra de
síntesis que no se limita a las descripciones, sino que planteó hipótesis sobre
la evolución de los diversos mamíferos y analizó las distintas capas de la
corteza terrestre y sus posibles edades.
Finalmente, entre 1907 y 1911, volvió Ameghino a su
primitiva dedicación: el hombre fósil, las descripciones de los primeros
habitantes, sus industrias y culturas.
Impresiona el volumen que alcanzaron sus publicaciones en
los 57 años que vivió. En una recopilación, publicada como Obras Completas, se
cuentan 24 volúmenes de entre 700 y 800 páginas cada uno, que contienen
clasificaciones, estudios, comparaciones y descripciones de más de 9000
animales extintos, muchos de ellos descubiertos por él.
Tan importante era este catálogo en relación con la cantidad
total de mamíferos extinguidos conocidos en el mundo entero, que científicos de
América y Europa viajaban a la Argentina a conocer la colección de Ameghino,
escépticos y curiosos, para rendirse por fin, ante la evidencia de la verdad y
el genio del naturalista.