Nicolás Avellaneda nació en San Miguel de Tucumán, el 3 de octubre de 1837. Fue hijo de Marco Manuel Avellaneda y Dolores de Silva y Zavaleta.
Su hermano, Marco Aurelio Avellaneda, fue un destacado legislador y funcionario argentino. Fue diputado y senador de la Nación y ejerció el ministerio en tres oportunidades.
Nicolás comenzó en el periodismo como colaborador del diario El Comercio Del Plata, que fundara Florencio Varela durante la época de Rosas.
A partir de 1860, se desempeño como profesor de economía de la Universidad de Buenos Aires, siendo recordado como un excelente docente y mejor expositor.
En 1865 publicó su libro "Estudio sobre las leyes de Tierras", ensayo que versa sobre los derechos de propiedad de los predios rurales.
Al asumir Domingo Faustino Sarmiento como Presidente de la Nación Argentina nombró a Nicolás Avellaneda como Ministro de Justicia e Instrucción Pública, cargo que desempeñó con gran destreza, entre el 12 de octubre de 1868 hasta el 23 de noviembre de 1874.
Avellaneda participó de las ideas sarmientinas respecto de la educación popular, al que consideró el verdadero basamento para el afianzamiento de la democracia de los pueblos.
Durante su ministerio se fundaron las primeras escuelas normales para la formación de maestros de Argentina y se reorganizó también el sistema de enseñanza primaria y obligatoria.
Sarmiento debió encargarse de graves problemas socioeconómicos que le atendían gran parte de su tiempo, por lo que decidió delegar su proyecto de renovación educacional a su flamante Ministro, Nicolás Avellaneda. Su coincidencia en los pilares de la nueva educación que se buscaba permitió a Sarmiento delegar todas las decisiones a Avellaneda. Tanto es así, que fue el Ministro quien impulsó la creación de escuelas normales en todas las provincias de la República, la renovación de los programas primarios, secundarios y universitarios. Impulsó la escuela secundaria, que por aquel entonces solo se podía obtener en Buenos Aires, Córdoba y Concepción del Uruguay, con el fin de extenderla a todos los pagos de la República.
Durante su gestión como Ministro, se agregaron 800 escuelas a las 1000 ya existentes antes de 1868. La cantidad de alumnos pasó de 30.000 a 100.000 chicos en todo el país.
En 1873 comienza a planear su candidatura presidencial. Con el apoyo de Sarmiento, Alsina y Roca, lanza oficialmente su candidatura en Córdoba, donde recibe un amplio apoyo. El único que podría darle pelea en las urnas al tucumano era el expresidente, Bartolomé Mitre. Pero a diferencia del tucumano, Mitre no contaba con el apoyo del Interior del país.
Con el fin de afianzar su candidatura decide lanzar una gira por el Interior del país. Sabiendo que esto iba a interferir y casi imposibilitar su labor como Ministro, presenta su renuncia al presidente Sarmiento, quien únicamente la acepta reconociendo que es por el bien general del país. Sarmiento veía a Avellaneda como su sucesor natural, y apoyó su candidatura durante toda la campaña.
El 14 de abril de 1874, en medio de una gran tensión política, se realizaron elecciones presidenciales. Nicolás Avellaneda se impuso sobre Bartolomé Mitre, quien sólo triunfó en Buenos Aires, Santiago del Estero y San Juan.
Avellaneda fue el tercer y último mandatario del período de las presidencias históricas argentinas. Como presidente compartió con sus antecesores un mismo proyecto de país que resultó fundacional para el estado argentino y que se basó en tres metas: “nación, constitución y libertad”. La nación entendida como la entidad superior que unificó a todas y cada una de las provincias en un estado común. La constitución como un catálogo de derechos que regulan las relaciones de las personas y limita a los tres poderes de estado. La libertad como principio básico del liberalismo.
Fue el primer presidente civil, no pertenecía a ninguna de las fuerzas armadas. Como le dice Sarmiento al entregarle la banda presidencial: "Es usted el primer presidente que no sabe usar una pistola".
Políticamente opuesto a las aspiraciones autonomistas de la provincia de Buenos Aires, asumió la presidencia el 12 de octubre de 1874, a la edad de 37 años.
El 14 de febrero de 1879 fuerzas chilenas ocuparon la provincia de Antofagasta —hasta ese momento perteneciente al territorio de la República de Bolivia— y daban inicio a la denominada Guerra del Pacífico, del Guano o del Salitre. Aún cuando la Argentina mantenía fuertes disputas territoriales con Chile, la Argentina no intervino en ese conflicto, lo que permitió el aplastante triunfo chileno en la misma. De hecho, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, sucesor de Avellaneda, y en pleno conflicto bélico, la Argentina y Chile suscribirían el tratado de Límites de 1881.