Nació en Buenos Aires en 1790, hijo
de María Josefa Grande siendo todavía un niño, se incorporó al servicio de las
armas en clase de soldado, en el Regimiento de Patricios, el 1º de setiembre de
1806.
Un mes después (el 8 de octubre),
pasó de cadete al 3er Escuadrón de Húsares, siendo su primera comisión la que
desempeñó en noviembre del mismo año, con su escuadrón, para custodiar al
general inglés Beresford, que se hallaba prisionero en Buenos Aires, y que fue
confinado a Luján. Poco después pasó a la Banda Oriental en la expedición
que fue a socorrer la plaza de Montevideo, a las órdenes del general Liniers,
empresa que quedó sin efecto, por haber caído aquella ciudad en poder de los
británicos.
Participó
en la expedición que mandó el coronel Francisco Javier de Elío, asistiendo al
combate sostenido en el arroyo San Pedro, inmediato a Colonia, en 1807, entre
las tropas a las órdenes de aquel jefe y las británicas al mando del coronel
Pack, que fueron los vencedores en aquel encuentro.
A
las órdenes inmediatas de Liniers se batió en los Corrales de Miserere (hoy
Plaza 11 de Setiembre), el 2 de julio de 1807, acción en la que también fueron
vencidas las tropas criollas. Tres días después asistió a la gloriosa
defensa de la ciudad, en la cual fueron definitivamente derrotadas las fuerzas
invasoras y obligadas a capitular. Por sus merecimientos en esta
campaña. Victoriano Aguilar fue ascendido a alférez, agregado a los
Granaderos de Liniers con fecha 12 de diciembre de 1807. El 23 de
setiembre del año siguiente fue confirmado como subteniente en el mismo cuerpo.
Se halló entre los sostenedores
de la autoridad legítima cuando tuvo lugar la asonada de Alzaga y los españoles
de origen, el 1º de enero de 1809. La Revolución de Mayo le contó entre
sus adeptos, siendo ascendido por la Junta, a teniente del Regimiento
Granaderos Fernando VII, en la 8ª Compañía del 1er Batallón, el 31 de octubre
de 1810. Hizo la primer campaña y sitio de Montevideo a las órdenes de
Rondeau, en 1811, hasta el levantamiento del asedio de la plaza citada, en
octubre de igual año. Teniente 1º de la 1ª Compañía de Granaderos de
Infantería, el 5 de febrero de 1812.
Participó
en la campaña al Salto contra los portugueses y en el segundo asedio de
Montevideo, bajo el superior comando de Manuel de Sarratea, representante del
Gobierno y del general Rondeau, desde febrero de 1812 hasta setiembre de 1813,
en que se retiró a Buenos Aires por orden superior, el Regimiento de Granaderos
de Fernando VII, en el cual fue promovido a capitán de la Compañía de Cazadores
del 1er Batallón, el 30 de diciembre de 1813.
Pasó nuevamente en abril de 1814
al ejército sitiador de Montevideo, bajo las órdenes del general Alvear, hallándose
en la rendición de aquella plaza, el 23 de junio de 1814, por lo que recibió
una medalla y la honorífica de “Benemérito de la Patria en Grado
Heroico”. También asistió durante un mes a la campaña en la Banda
Oriental contra los anarquistas.
El
6 de mayo de 1817 fue ascendido a sargento mayor graduado, siendo comisionado
en el mes de noviembre para organizar el batallón “Libertos Orientales”, que
posteriormente fue llamado “Cazadores de la Unión”, el que pasó de la Banda
Oriental a la provincia de Buenos Aires al mando del coronel Rufino Bauzá;
cuerpo con el cual Aguilar hizo la campaña de Entre Ríos a las órdenes del
general Marcos Balcarce, contra Francisco Ramírez, asistiendo el 25 de marzo de
1818 a la acción del Arroyo del Saucesito. El 24 de mayo del año de
referencia era capitán de los “Granaderos de Infantería”. El 17 de
setiembre de igual año recibía la efectividad de su grado en el batallón de
referencia. El 24 de noviembre del mismo fue comisionado para la
conducción de 200 individuos de tropa destinados al Ejército de Observación que
se hallaba en la villa del Rosario de Santa Fe, al mando del general Juan Ramón
Balcarce.
El 20 de enero de 1819 se le
destinó a la mayoría de un batallón llamado “Auxiliares Argentinos” que
instruyó, el cual estaba comandado por el coronel graduado José Olaguer
Feliú. El 20 de febrero de igual año fue nombrado por el Gobierno,
gobernador interino de la Fortaleza de Buenos Aires. El 17 de agosto del
mismo año fue comisionado por orden superior para servir en la mayoría de otro
batallón “Auxiliares Argentinos”, el que estaba mandado por el coronel graduado
José Javier Aparicio.
El
4 de enero de 1821 fue designado comandante interino de la Guardia del
Salto. El 13 de noviembre de 1823, comisionado por el Gobierno, marchó
hasta el Arroyo de la China (hoy Concepción del Uruguay), con 5 buques, para
conducir hasta la Ensenada de Barragán un escuadrón que el gobernador de Entre
Ríos, Lucio Mansilla, enviaba al servicio de la provincia de Buenos Aires a las
órdenes del comandante Andrés Morel. El 26 del mismo mes y año marchó por
segunda vez a la Bajada del Paraná con los mismos buques y armamento, para
conducir al mismo destino anterior (Ensenada) un segundo escuadrón entrerriano,
al que acompañaban las familias de sus componentes y que en aquel entonces
estaba mandado por el comandante Anacleto Medina.
El 12 de agosto de 1840 se
recibió del mando del Batallón Nº 3 de “Patricios”. En febrero del año
siguiente mandaba interinamente el Batallón de Marina, destacado entonces en el
Fuerte por no tener suficiente capacidad el cuartel que le correspondía.
El 9 de setiembre de 1842 fue designado comandante de la Fortaleza y nombrado
edecán de Juan Manuel de Rosas en setiembre de 1850, éste ordenó que se le
ajustase por la Contaduría General con la gratificación de aquel puesto desde
el 1º de enero de 1842, pero reteniendo la comandancia mencionada de la
Fortaleza de Buenos Aires.
La batalla de Caseros le encontró
en este cargo, y allí sufrió todas las ocurrencias consiguientes a la derrota
del ejército del Restaurador de las Leyes, prestando el coronel Victoriano
Aguilar servicios de todo género en medio del espanto de aquél día
desgraciado. El 4 de febrero de 1852, un grupo de más de 20 ciudadanos
encabezados por Mariano Billinghurst y Antonio Somellera, se le presentaron
en su oficina del Fuerte y le exigieron que marchase inmediatamente a la Plaza
de la Victoria y se pusiera a la cabeza del pueblo que consiguiera reunir, para
contener el bárbaro saqueo a que se habían entregado las tropas provenientes de
Caseros, y cuyo teatro principal fueron las calles Victoria y Rivadavia.
Así
lo ejecutó el viejo veterano; tomó un ayudante, Facundo Marenco y al tambor de
órdenes José Larrosa, enviando al primero a la torre del Cabildo para que
tocase la campana; y al segundo, para que hiciese oír el toque de “generala” en
las inmediaciones de la plaza. Con el auxilio de los señores que le
acompañaban logró hacer repartir más de 1.000 fusiles con fornituras y
municiones que tenía en el patio del Fuerte. A medida que iban
organizándose grupos de 20 a 30 hombres, los despachaba en patrullas en todas
direcciones, para contener el saqueo vandálico, lo que consiguió en un radio de
10 cuadras. En medio de estos sucesos, se presentó en casa de Pedro
Angelis el obispo Escalada, con Vicente López. Aguilar pasó
inmediatamente a dicha casa para ponerse a las órdenes de López, que había sido
nombrado gobernador provisorio, al que dio cuenta de la tarea en que se hallaba
empeñado, siendo aprobado en su procedimiento y autorizado para seguir
conteniendo todo desorden hasta que llegasen fuerzas del ejército desde
Palermo.
El
19 de abril del mismo año fue ascendido a teniente coronel. El 11 de
setiembre a la madrugada, se presentó al general José María Pirán, el cual le
ordenó que se pusiese a la cabeza del batallón de su mando tan pronto como
pudiese, en la Plaza de la Victoria. En la noche del mismo día, con
tropas del 1º, 2º y 3º de Guardias Nacionales, se acantonó en el Cabildo y
permaneció en ese lugar hasta que regresó la división del general Pirán que
había marchado en persecución del general Galán, que se retiraba con las
fuerzas de Urquiza en dirección al Oeste. El día 20 del mismo mes,
recibió orden de retirarse con su fuerza al Cuartel del Colegio, en cuyo punto
el coronel Mitre, que había sido aclamado jefe de las fuerzas por la Guardia
Nacional, le ordenó retirar los individuos del 3er Batallón de su mando y
acuartelarse con ellos, en lo que fue depósito general de policía, a espaldas de
San Francisco, donde permaneció y organizó el citado batallón hasta que se
retiró por orden de Mitre.
El
6 de diciembre del mismo año fue graduado coronel y, el día 8, por orden del
general Pacheco, marchó a la plaza del Parque con su batallón para asegurar
aquel punto. Estableció 5 cantones, cuyo mando general tomó, incluida la
guarnición del Parque, puesto en el que permaneció durante el sitio hasta el 11
de marzo de 1853 en que lo retiró el gobernador general Pinto, por sus
enfermedades, sin haberlo solicitado. El 1º de mayo del mismo año recibió
la efectividad de coronel.
El coronel Aguilar
falleció el 11 de octubre de 1855 a los 65 años de edad, viudo y retirado del
servicio, siendo enterrado en la Recoleta, el 12 de octubre del mismo año.