Tomás Manuel de Anchorena nació en Buenos Aires perteneció a una de las familias más representativas de la clase dirigente de Buenos Aires. Hijo del español don Juan Esteban de Anchorena y de la criolla doña Ramona Josefa López de Anaya.y estudió en el Real Colegio de San Carlos, posteriormente se graduó de Doctor en Leyes con título de la Universidad de Charcas en 1807, en el Alto Perú.
De regreso en Buenos Aires en 1809, y a pesar de su
juventud, Tomás Manuel pasó a desempeñar el cargo de regidor mayor en el
Cabildo de la ciudad. Desde el seno de esta institución se opuso al
reconocimiento del Consejo de Regencia instalado en Cádiz, actitud que le valió
el destierro. La revolución de mayo de 1810 lo contó entre sus partidarios y
acompañó a Belgrano en carácter de secretario cuando el general se hizo cargo
del ejército del norte.
Realizó toda la campaña del Alto Perú de la que dejó como
testimonio sumamente ilustrativo la correspondencia mantenida con su hermano,
centrada en asuntos comerciales, pero con abundantes referencias y
observaciones acerca de los hombres y los hechos que le tocó conocer y
presenciar en aquella fatigosa e Infructuosa expedición.
En 1815, fue electo diputado por Buenos Aires para el
Congreso de Tucumán, estando presente el 9 de julio de 1816, día de la
Independencia Argentina, y firmando la respectiva Declaración. Sobre su postura
en dicho Congreso frente a la propuesta de Manuel Belgrano de un monarca de la
Casa Real Incaica, el historiador Norberto Galasso refiere: "Anchorena
aclara que no le molesta el proyecto monárquico constitucional, pero sí, en
cambio, que se pusiese la mira en un monarca de la casta de los chocolates,
cuya persona, si existía, probablemente tendríamos que sacarla borracha y
cubierta de andrajos de alguna chichería para colocarla en el elevado trono de
un monarca. Nada más falso, por supuesto. Un posible candidato sería Don
Dionisio Inca Yupanqui, con experiencia militar e ideológica semejante a San
Martín." En las posteriores
discusiones sobre la organización republicana del país fue clara su postura
federalista.
Su militancia en el grupo antidirectorial no fue lo
suficientemente clara como para evitar su enjuiciamiento cuando, a raíz del
triunfo de los caudillos federales de 1820, todos los miembros del Congreso
fueron sometidos a proceso por traición por haber planeado establecer una
monarquía en el país.
Apoyó posteriormente la instalación de Martín Rodríguez en
el gobierno de Buenos Aires, pero fue opositor de Rivadavia cuando éste asumió
la presidencia y puso en marcha la política de centralización que culminó con
la sanción de la Constitución unitaria de 1826. Pese a su militancia federal,
se distanció de Dorrego a raíz de la decisión de éste de proseguir la guerra
contra el Brasil, que Tomás Manuel de Anchorena consideraba ruinosa para la
economía de la provincia. Triunfante el golpe unitario del 19 de diciembre de
1828, el gobierno de Lavalle lo confinó con su hermano Juan José Cristóbal en
el bergantín Río Bomba, que fue luego capturado con las restantes naves de la
escuadra argentina por la flota francesa al mando de Venancourt. Cuando el
marino francés desembarcó a los dirigentes federales recluidos en el Río Bamba,
Tomás Manuel y su hermano se negaron a aceptar la libertad, y fueron
trasladados a un buque de la flotilla inglesa estacionada en el río de la
Plata. Esta actitud de respeto de los Anchorena a la soberanía del gobierno
provincial fue altamente apreciada y elogiada por Lavalle. Cuando Rosas se hizo
cargo del gobierno de la provincia, Tomás Manuel fue designado ministro de
Relaciones Exteriores.
En 1832 se retiró de la vida política para retomar
nuevamente la dirección de sus vastos intereses.
Sustraído por las actividades de su vida privada no aceptó
el cargo de gobernador y capitán general de la provincia para el que fuera
elegido en 1834. Falleció en Buenos
Aires el 29 de Abril de 1847.